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Chaparral 2j: "La aspiradora sobre ruedas"
En el automovilismo mundial los ingenieros siempre han buscado nuevas soluciones que les permitan ganar esa décima extra que puede definir una carrera a favor o en contra.
Una de las escuderías que más cerca del límite compitió fue la desparecida Chaparral.
Una de las categorías dónde los ingenieros dejaban volar su imaginación sin demasiadas trabas reglamentarias era la serie norteamericana Can-Am, un campeonato canadiense-estadounidense que se celebró desde 1966 hasta 1987.
Su reconocimiento actual es célebre, pues debido a sus poco estrictas normativas, los autos que allí corrían eran auténticos pura sangre sobredimensionados que rondaban los 1.000 caballos.
Fue un campeonato que se ganó el interés incluso de grandes firmas europeas como McLaren, con el propio Bruce McLaren de piloto, o Porsche, que llegó a participar y dominar con el mítico 917.
Uno de los equipos que experimentaban prototipos raros fue Chaparral, un equipo estadounidense fundado por Jim Hall, magnate del petróleo, ingeniero y piloto.
Jim Hall fue un adelantado con la ayuda de su amigo, ingeniero y también piloto, Hap Sharp en el tema del efecto suelo.
Durante los años de competición desde la década de los 60 hasta principios de los años 80 fueron pioneros en el campo aerodinámico del 'downforce' o 'efecto suelo', en una búsqueda obsesionada y que dio como frutos modelos como el 2F o el 2H con alerones tan extravagantes que, al verlos parecen hasta ridículos.
El colmo de aquella locura técnica llegó en el verano de 1970, con la tercera carrera del campeonato Can-Am de aquella temporada, cuando en el circuito de Watkins Glen se mostró por primera vez al público el revolucionario 2J, un automóvil bajo, sumamente cuadriculado, sin grandes alerones y con una especie de ventilador en la parte trasera.
Cuenta el propio Hall que la idea de este concepto se le ocurrió a raíz de la carta de un niño fanático a las carreras que recibió un día por correo, donde le preguntaba por qué no hacía como la aspiradora de su madre, que sacaba el polvo del suelo.
Con el apoyo de General Motors, el equipo comenzó a realizar test en sus instalaciones de Michigan.
En este apartado es cuando se hizo palpable la necesidad de unos faldones alrededor de tres cuartas partes del coche para poder contener esa succión que pegase al suelo.
Estos, además, eran móviles y estaban conectados por cables a la suspensión para que, en caso de firme irregular y elevaciones de terreno, la carrocería se mantuviera siempre a la misma distancia de cara a no perder el efecto que se buscaba.
Hall acudió a la empresa General Electric, un conglomerado industrial de productos electrodomésticos que incluso había trabajado junto a la NASA.
Ello se debía a un nuevo material, denominado Lexan, el mismo que la FIA oblicó para reforzar las viseras de los cascos de los pilotos de F1, tras el accidente de Felipe Masa en Hungría, el cual es liviano pero resistente, precursor de la actual fibra de carbono.
Para la creación del vacío se instalaron unos ventiladores extraídos de un tanque 'M109 Howitzer', capaces de succionar más de 273 metros cúbicos de aire por minuto a 6.000 revoluciones. Su capacidad estaba fuera de toda duda, pues una vez encendido el sistema de aspiración, el coche automáticamente descendía cinco centímetros y era capaz de propulsarse únicamente mediante este sistema hasta los 65 kilómetros/hora.
El Chaparral 2J tenía un motor Chevrolet ZL1 de aluminio y 700 hp acoplado a una caja de cambios semiautomática de tres relaciones.
El ingenio hacía que fuese necesario otro motor para mover los dos ventiladores de 17 pulgadas, en cuyo caso se instaló el de una moto de nieve con dos cilindros y 45 caballos.
Con todo ello, el coche generaba una carga aerodinámica constante de aproximadamente 1.000 kilos, de gran utilidad sobre todo a bajas velocidades.
No fueron pocos los equipos o pilotos que se quejaban a su funcionamiento porque además de ser muy rápido desparramaba piedras, pasto, y toda suciedad que había alrededor de la pista, mandándola directamente a la cabeza de lso que venían atrás.
La confiabilidad del egendro no era muy buena ya que se tornaba muy complejo acoplar esos dos motores en al totalidad de las carreras.
Los planes originales de Hall pasaban por presentar y debutar el auto en 1971, ya que, para entonces, podrían haber resuelto todos los problemas de cofiabilidad y de creación de un concepto tan novedoso, pero General Motors, con el temor de que algún otro equipo pudiera adelantárseles, decidió animar al equipo de Hall para que compitiesen ya en la temporada de 1970.
El encargado de debutar al volante fue Jackie Stewart, que logró clasificar al auto en tercera posición por detrás de los dos McLaren M8-D.
Durante la carrera, el escocés, sufrió problemas de frenos que le impidieron luchar por la victoria. El propio Stewart expresó que nunca había manejado un auto de carreras con semejante capacidad de adherencia al piso y tránsito de curva como el Chaparral 2J.
No obstante, el contrato de Stewart fue de únicamente una carrera, por lo que el equipo decidió confiar en Vic Elford, piloto de un Porsche 917, para el resto de temporada.
En Laguna Seca, el 2J fue el único capaz de bajar el minuto en clasificación y lograr la Pole Position, pero un problema en el motor Chevrolet los dejó sin largara la carrera.
En Riverside, volvieron a lograr la pole, pero de nuevo en carrera tuvieron problemas mecánicos, esta vez en el motor auxiliar.
Al final de ese año la FIA consideró que esta tecnología también eran piezas aerodinámicas móviles, por lo que el Chaparral y la tecnología quedaron prohibidos igualmente.
Desde entonces, Hall jamás ha vendido ninguno de sus creaciones y prácticamente todos y cada uno de esos autos locos permanecen en su garaje al lado del circuito de Rattlesnake, en Nevada, Estados Unidos, en perfectas condiciones de funcionamiento.
Sin dudas el Chaparral 2J fue un auto de avanzada ya que mucho tiempo después Colin Chapdman puso el "efecto suelo" en el Lotus y Gordon Murray el "Ventilador" en el Brabham.