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¡Te pasaste, pibe!
Los chicos son cada vez más precoces al volante. Los casos de Max Verstappen, 17 años y compitiendo ya en Fórmula 1, o de Mick Schumacher, a los 16 años ya ganador en la Fórmula 4, podrían interpretarse como una cuestión generacional, siendo hijos de ex pilotos de F-1.
La tendencia, sin embargo, es mayor. La difusión del karting permite arrancar al volante a muy corta edad y los muy entusiastas llegan a la adolescencia con cerca de una década de experiencia.
Rullo debe esperar todavía un año para sacar su licencia de conductor en Australia. Mientras tanto, su padre Peter lo lleva en su auto hacia las carreras (lo mismo hace Jos Verstappen con su hijo Max en los Grands Prix europeos) y no porque tenga que hacer un gran esfuerzo sino porque compite en la misma categoría.
La especialidad es el campeonato de Turismo V8 australiano, la tercera división del V8 Supercar, en el que se utilizan coches Holden Commodore y Ford Falcon que son desechados por la máxima categoría. El chico Rullo, que empezó en el karting a los 10 años, debutó en febrero pasado y conduce un Ford que había corrido Mark Winterbottom en 2006 y 2007.
El domingo, en Winton, la segunda fecha del torneo, Rullo terminó segundo en las dos primeras carreras, finalmente ganó la tercera. Ocurrió un día antes de cumplir 15 años y uno de sus vencidos fue su propio padre, que el año pasado terminó 27° en los 1.000 Kilómetros de Bathurst, la carrera más importante del calendario australiano.