TC2000 Series
Aquella extraordinaria definición
Si bien la historia es otra y este TC2000 es nuevo porque la estadística y los pergaminos los heredó el súper, no deja de ser apasionante y nos hace recordar a los más experimentados que nos entregaron definiciones que todavía tenemos en nuestras retinas.
La que más me quedó y nos quedó a los que sentimos pasión por esto, fue aquella de 1987 donde en el autódromo de Buenos Aires se definía el campeonato entre Juan María Traverso (oficial Renault), Ernesto "Tito" Bessone (oficial Ford) y un privado que lo hacía con una Fuego, que solo contaba con el motor similar al de las oficiales preparado por Oreste Berta, pero atendida por Rubén Benavidez en el propio taller del piloto de Olivos, que no era ni más ni menos que Silvio Héctor Oltra.
La semana previa a esta gran definición, entre dos de los cinco más famosos de aquel momento, despertó el interés del público en general, ya que rápidamente se agotaron las entradas, los medios periodísticos del deporte motor, radial y escrito, no hablaban de otra cosa y hasta en la ciudad de Buenos Aires se pusieron pasacalles invitando a la gran batalla del TC2000 entre Renault - Ford y Traverso - Bessone, olvidando curiosamente al tercero en discordia, Oltra.
Todos querían estar y a diferencia de lo que ocurre en la actualidad, los programas de interés general, invitaban a los pilotos a hablar de la apasionante carrera que se venía.
Las encuestas eran parejas entre el ‘Flaco’ y ‘Tito’. Casi nadie en el medio, salvo algún arriesgado, ponía su ficha al "Cantautor".
En un domingo de diciembre con mucho calor, el circuito capitalino, se vestía de gala como en las mejores temporadas internacionales, con gente hasta por encima de los guardrails. Nadie quería perderse ese duelo. Pero además había un condimento extra con pilotos de experiencia que podían ser juez y parte.
Luis Di Palma, Cocho López, Ángel Guerra, Mario Gayraud, Miguel Etchegaray, Gustavo Der Ohanessian y Carlos Crocco entre otros.
La pole fue Para Traverso, el récord de vuelta para Bessone, pero la carrera la ganó el gran Silvio Oltra. Un piloto que conjugaba perfectamente talento con dedicación.
Silvio tenía que ganar y esperar que los favoritos no sumaran.
Y se dio. Oltra hizo la hazaña con esa Fuego que volaba en el Gálvez, renegando y raspándose con Traverso, el loco Luis Di Palma con su Sierra dorada, y en el final, con presión de Cocho López, que llegó a emparejarlo varias veces en la horquilla y que finalmente acatando el pedido de Osvaldo Antelo se calmó para que un auto de la marca sea campeón.
Traverso y Bessone fueron a boxes con problemas de neumáticos y al volver peleaban por la posición 15 en la pista, y Silvio en cambio, con una puesta a punto ideal aguantó la punta ganó la carrera y se consagró campeón sorprendiendo a todos, menos a él que se tenía una confianza ciega.
Fue sin dudas la definición más apasionante que se recuerde en la categoría, donde el que era punto, fue banca y donde "David batió a Goliat", tal cual tituló en su nota de revista Corsa, el recordado periodista Néstor Carbia.
Ese día, queridos amigos, les aseguro que el TC2000 explotó en luz, color y grito.
Espero que este sábado los pibes del joven TC2000 nos regalen una linda y limpia definición, que seguramente no será igual que aquella de 1987, pero que tendrá un valor inmenso para quienes recién comienzan el camino en el deporte motor.
