Opinión
Cuando los "Genios" se iluminan el automovilismo explota en luz, color y pasión
El "Festival Sudamericano de Velocidad" fue una verdadera fiesta del deporte motor con muchos autos, muchas carreras, una mutitud y emotivo final
Que día mágico en la Ciudad de Buenos Aires,
El "Coliseo" porteño una vez más se vistió de gala para recibir al "Festival Sudamericano de Velocidad".
Y fue realmente eso, una fiesta caragada de vértigo y emoción con grandes carreras, muchos pilotos de renombre y una multitud que disfrutó de una jornada apasionante de automovilismo de alto nivel.
La Fórmula 4 brasileña, la Fórmula Nacional, el StockCar Brasil, el TCR South America y TC2000 le pusieron color y pasión para iluminar al deporte motor nacional.
Muy buena predispocisión y coordinación para cumplir con los horarios establecidos, buen trabajo de todas las categorías, demostrando que en un automovilismo, cargado de disputas innecesarias, se puede trabajar en conjunto sin problemas y con respeto.
En lo deportivo se vieron muy buenos espectáculos en pista y un colorido especial en las tribunas.
Ver correr en el Galvez a los ex fórmula 1 Rubens Barrichello, Ricardo Zonta, Nelsiño Piquet, Felipe Massa, junto al StockCar, al TCR con la disputa entre Argentinos, Uruguayos y Brasileños con autos de nivel internacional y el TC2000 con sus clásicos "200 km de Bs. As.", edición n° 18, que juntó en la pista a José María López, Sacha Fenestráz, Marcos Sibert, Agustín Canapino, junto a los históricos Matías Rossi, Leo Pernía, Gabriel Ponce de León, entre otros, fue un placer realmente.
La fiesta tuvo de todo, nadie se la quiso perder y es un evento que no puede faltar en los calendarios nacionales,
El final fue apasionante donde Chevrolet con Damián Fineschi y Agustín Canapino le puso el "Moño" a una jornada exepcional.
Ver en el podio al "Titán" que corrió las "500 millas de Indianápolis" de este año, junto a Pechito López que corrió Le Mans fue un lujo que se dio el TC2000.
Y el emotivo final fue de Agustín Canapino, que lugo de un manejo extraordinario para ganar esta carrera tan especial, descargó con lagrimas toda su impotencia generada en EEUU, donde quedó incolcusa su temporada en IndyCar, festejando una gran victoria que llega después de casi dos años sin estar en lo más alto del podio.
La fiesta tuvo de todo y fue para todos, ojalá se repita.