Límite de Pista
De la nube al campo: Emprendedores tech que cambiaron de rubro tras la pandemia
La crisis sanitaria global obligó a muchos emprendedores tecnológicos a repensar sus modelos de negocio. Algunos pivotearon dentro del sector, pero otros decidieron dar un giro radical: del mundo digital a proyectos sostenibles, gastronómicos o rurales.
Cuando la disrupción golpea a los disruptores
La pandemia de COVID-19 no solo sacudió la economía mundial, sino que también cambió la forma de pensar de miles de emprendedores. Incluso en el mundo tecnológico, que inicialmente pareció beneficiarse del contexto digitalizado, muchos negocios no sobrevivieron, y otros quedaron obsoletos en cuestión de meses.
En este escenario, algunos fundadores de startups decidieron reinventarse por completo, abandonando el código, las apps y el mundo corporativo para lanzarse a nuevos horizontes, muchas veces alejados de las pantallas.
Historias de un giro inesperado
Uno de esos casos es el de Sofía Mancilla, ex-CTO de una startup de logística en Ciudad de México. Antes de la pandemia, lideraba un equipo de 15 desarrolladores. Hoy, maneja una empresa de producción agroecológica en Oaxaca.
“Me di cuenta de que estaba cansada del ritmo de vida tech. Quería conectar con algo más tangible. Aprender a sembrar fue más difícil que programar”, cuenta entre risas.
Otro ejemplo es Lucas Ríos, quien dirigía una agencia de desarrollo de software en Buenos Aires. En 2021 cerró su empresa tras perder varios clientes internacionales. Con parte de sus ahorros, abrió una cafetería de especialidad en su barrio.
“No fue solo por necesidad. La pandemia me hizo valorar otras cosas. Hoy hablo con personas cara a cara, y aunque gano menos, me siento más pleno”.
¿Crisis o catalizador de transformación?
Según un estudio del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), más del 20% de los emprendedores en tecnología en América Latina consideraron cambiar de rubro entre 2020 y 2022. Las razones fueron variadas: pérdida de capital, saturación del mercado, cambios en las prioridades personales y búsqueda de mayor equilibrio de vida.
En muchos casos, la pandemia funcionó como un catalizador de decisiones postergadas. “La incertidumbre obligó a repensar todo. Muchos emprendedores, incluso exitosos, sintieron que era momento de apostar por algo más alineado con sus valores o estilo de vida”, explica la consultora en innovación María Beltrán.
Tecnología como herramienta, no como destino
Curiosamente, varios de estos emprendedores no reniegan de su pasado tech, sino que lo incorporan a sus nuevos proyectos. Usan herramientas digitales para mejorar la logística, el marketing o la administración, pero con una nueva mirada: la tecnología como medio, no como fin.
Por ejemplo, Alejandro Paredes, ex CEO de una fintech, ahora produce vino natural en Chile. Gracias a sus conocimientos digitales, logró posicionar su marca en redes sociales, vender online y automatizar procesos sin recurrir a grandes estructuras.
Un cambio de paradigma
Más allá de las historias individuales, este fenómeno refleja un cambio cultural más amplio: el éxito ya no se mide solo en rondas de inversión o crecimiento exponencial. Cada vez más emprendedores priorizan la sustentabilidad, el impacto local y el bienestar personal.
“La pandemia nos recordó que el tiempo es finito. Muchos colegas tech decidieron usar su talento para crear algo más humano”, reflexiona Sofía Mancilla desde su huerto.
Del Silicon Valley al campo, del código al café, del pitch al producto artesanal. La nueva generación de emprendedores redefine lo que significa innovar: a veces, el verdadero salto disruptivo no está en la nube, sino en volver a lo esencial.
