TC2000
Del podio a una obra de construcción
Los flashes, los autógrafos y las selfies quedaron atrás. El domingo Franco Vivian se fue del autódromo de Buenos Aires y todos querían saludarlo por su segundo lugar en los 200 kilómetros del Súper TC2000, pero su vida es muy diferente.
El olor a champagne todavía permanecía en el podio, pero Vivian tenía que trabajar, por eso cambio su casco de piloto por el de construcción, para volver a ser el arquitecto que es todos los días.
Hace cuatro años que Franco no es piloto profesional y si bien competió en otras ediciones de los 200 kilómetros de Buenos Aires, esta fue la más especial de todas. Se preparó mucho para poder estar en las mejores condiciones y es la primera vez que lo vio correr su hijo, Bautista, que todavía gatea.
Tal como contó, se entrenó, bajó 10 kilos y giró en karting y fórmula todo lo que pudo para estar al 100%, a todo eso se le sumó a sus obligaciones, trabajar y ser papá.
“Los miércoles a la mañana iba al autódromo para probar con el Fórmula y mi mujer se iba al trabajo con el nene a las 7 de la mañana. El bebe estaba al lado de un escritorio para que sus papá pueda dar vueltas en un fórmula. Eso es lo que más me costó. Me sentía muy mal porque estaba mandando a mi hijo al trabajo de mi mujer en subte porque yo me iba al autódromo”, reconoció el capitalino.
“Mi familia se puso las 10 mal, me bancaron en un montón de situaciones, todos los días me iba a las 8 de la mañana, llegaba a las 6 de la tarde y a las 8 mi hijo se dormía, así que en vez de estar con él hacía bicicleta”, contó Vivian que más de una vez jugó con Baustista mientras estaba pedaleando.
Ahora su vida volvió a ser como la de antes, entre obra y obra, con su familia y sin Súper TC2000, sin embargo, se puede quedar tranquilo que está en nivel para ser un piloto profesional. No por el podio en sí, sino porque por ejemplo hizo el récord del parcial tres, algo que ni los titulares pudieron bajárselo.