Fórmula 1
Ecos de Mónaco
El Gran Premio de Monaco significa mucho más que una carrera de autos. Un evento que desde su primer momento en 1950, cuando ganó nuestro Juan Manuel Fangio, ya lleva disputadas 62 ediciones siempre rodeado de una mezcla de glamour y adrenalina. Las carreras en el principado llegan a ser 73 si tomamos en cuenta las que se corrieron antes de la creación de la Fórmula 1.
No solo es el GP que todo piloto desea ganar, sino también el elegido por personalidades destacadas en el rubro artístico y deportivo y por aquellos que no tienen ningún reparo a la hora de mostrar su enorme poder adquisitivo y que arriban en los yates más imponentes, transitan en los autos más exclusivos y descansan en los hoteles más costosos como el Hotel Fairmont ubicado frente a la curva que lleva su mismo nombre (ex curva Lowes), donde una habitación exclusiva con vista al circuito puede costar hasta 49 mil euros solo por tres días. Al pasar por la zona del casino es común ver estacionados autos como Ferrari del modelo que uno quiera, Lamborghini, Bugatti, McLaren, Rolls Royce, Maseratti y otros del mismo porte.
En el marco de esta carrera todo se hace a lo grande aunque paradójicamente el espacio disponible no es el necesario, aunque esto a nadie le importa en Mónaco. Es por ello que los enormes hopitalities, donde pueden acceder los integrantes de las escuderias, invitados especiales y periodistas, se agrupan al margen de la bahía de Monte Carlo, salvo el exclusivo y enorme hospitality de los equipos Red Bull y Toro Rosso. Lo particular de esta imponente estructura es que para Mónaco se monta sobre una balza gigante traída especialmente de Italia para la ocasión. Sobre esta superficie flotante se arma una especia de mecano de tres pisos, 50 metros de largo, tres barras por fuera y otros servicios como restaurante, bar y oficinas en el sector interno, terraza con pileta, autos en exhibición y buena música.
En esta edición pasaron varias figuras por el paddock del principado como Cristian Ronaldo, Paris Hilton, el múltiple campeón de motociclismo Jorge Lorenzo, Antonio Banderas y algunos de los grandes ex pilotos de F1 como Jackie Stewart, Jackie Ickx, Alain Prost, Jean Alesi y Mika Hakkinen entre otros.
El príncipe Alberto, su señora Charlene, los hijos de Carolina, Pierre y Andrea Casiraghi, fueron los representantes de la familia Grimaldi y quienes participaron de la ceremonia de premiación tras la victoria de Nico Rosberg. El piloto alemán consiguió allí su tercer triunfo consecutivo sobre las calles donde se crió y reside actualmente.
Con la costa azul francesa de testigo y la mezcla de edificaciones antiguas y modernas el marco del evento es fantástico. El circuito tiene una extensión de 3340 metros que se abre y se cierra al tránsito a diario, según la actividad en pista. Cada año es reasfaltado un tercio del mismo, de manera de estar siempre en óptimas condiciones. Sabemos que es una pista en la que superar otros autos es realmente complicado, asi como también es muy fácil pasarse de largo y golpearse contra las vallas de contención. Esto le ha sucedido al joven Max Vertappen, holandés de solo 17 años quien sobre su Toro Rosso transitaba por primera vez este circuito. Lo estaba haciendo muy bien hasta que una frenada fuera de tiempo en la curva St Devote terminó con su auto impactando al Lotus de Romain Grosjean y golpeando luego de frente contra las protecciones laterales. El incidente le costó dos puntos en la superlicencia y cinco puestos en la grilla de la próxima competencia. Una lección que seguramente será tenida en cuenta en el futuro.
La carreras aquí, por la complejidad del escenario, tal vez no sean las más entretenidas pero hay excepciones y casi siempre alguna sorpresa. A la cuota de dramatismo que le aportó el accidente de Verstappen debemos agregarle la increíble definición que terminó otorgándole la victoria a Rosberg cuando Mercedes cometió el “error” de llamar a Hamilton para su segunda detención, faltando muy poco para el final.
Asi es Mónaco, ese lugar donde todos quieren ganar, donde todos quieren correr y a donde todos queremos ir.
