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El mercado automotor sigue en crisis ante la caída en ventas
Luego de la devaluación que comenzó a fines de abril, el sector automotor entró en crisis y empezó a sufrir la caída en ventas más fuerte de los últimos años.
Según una publicación del portal iProfesional, después de haber vivido un primer semestre récord, donde no se daba a basto con la fabricación e importación, la realidad dio un vuelco inesperado.
Ante la crisis y dentro del marco de este escenario, la cantidad de stock de fábricas y concesionarios supera las 200.000 unidades, modelos que tendrán que ser comercializados en 2019, año que se calcula, podría llegar a menos de 600.000 patentamientos.
En noviembre, los patentamientos de 0km cayeron 45%; mientras que en lo que va de diciembre, muestran una baja del orden del 37 por ciento.
Según estiman en el sector, entre los fabricantes, las concesionarias y los importadores, hay unas 240.000 unidades a la espera de compradores.
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Pero la situación es aún peor ya que este número surge de los autos producidos o nacionalizados. No tiene en cuenta los que están en los depósitos fiscales portuarios para ser ingresados al país previo el pago de impuestos. Fuentes empresariales revelaron al diario que en esa situación podría haber unos 20.000 0km como piso. Así, el número global rondaría los 260.000 vehículos.
En meses buenos de ventas -unas 70.000 unidades promedio- ese volumen representaría un stock de cuatro meses, pero teniendo en cuenta el nivel actual de actividad, la situación empeora.
Para 2019, las empresas del sector estiman que el mercado se ubicará por debajo de 600.000 unidades. Los más optimistas creen que se puede superar (son los que imaginan un segundo semestre en crecimiento), pero hay estimaciones más pesimistas que calculan incluso que se puede acercar a 500.000, sobre la base de la proyección de los últimos tres meses.
Tomando el valor razonable de 550.000 autos, el stock actual de 0km en los depósitos puede alcanzar, prácticamente, para seis meses como mínimo (lo normal es que hay un mes de stock en concesionarias y otro mes en fábricas).
Esta sobreoferta de autos tiene claras consecuencia. Hay varias terminales que tienen su personal suspendido por la menor actividad. Sólo la demanda desde Brasil de autos argentinos justifica mantener la producción. El otro efecto es que las los fabricantes, importadores y concesionarias estén ofreciendo importantes bonificaciones para reducir los stocks.
