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El primer premio en una carrera de autos, tiene su historia
Uno de los lugares atractivos del Museo Juan Manuel Fangio en Balcarce está destinado a la historia del automóvil. Si uno recorre el primer piso observa diferentes cupecitas que participaron en una época gloriosa del Turismo Carretera y además en una vitrina diferentes trofeos y la historia de cada uno de ellos. A continuación un historia increíble del año 1904.
Los párrafos siguientes pertenecen al libro “Medio Siglo del Automovilismo Argentino” de Ricardo Lorenzo Borocotó.
“…Durante mucho tiempo se dijo que la inicial se realizó en La Recoleta y que fue ganador Marcelo T. de Alvear. Don Juan Cassoulet lo negó siempre, argumentando que la primera realmente se efectuó en 1904 en el Hipódromo de Belgrano y sobre un kilómetro de recorrido, con el concurso de siete máquinas a vapor, prueba que él ganó conduciendo un Rochester…”
“…No entraremos nosotros a terciar si esa fue auténticamente la primera. Nos limitamos a brindar las diferentes versiones sin hurgar mucho, pues si lo hiciéramos es posible que descubriéramos un montón de “primeras”…”
“…Juan Cassoulet nos decía que luego ganar esa prueba en el Hipódromo de Belgrano en la que recibió de premio una cigarrera y una fosforera de plata, Marcelo T. de Alvear lo desafió por 5000 Pesos, suma que Cassoulet consideró muy elevada para arriesgarla en una carrerita…”
El premio cigarrera y fosforera que se exhibe en el Museo Juan Manuel Fangio de Balcarce es propiedad de la Fundación por donación del Señor Federido Kirbus quien años después escribió lo siguiente:
En 1960 reconstruí los comienzos del automovilismo deportivo argentino para publicar en un número especial de la revista El Gráfico. En mi investigación apareció desde luego también la historia de esa cigarrera que se había extraviado.
Solo se sabía que Cassoulet se la había entregado en comodato al Automóvil Club Argentino (Junto a la Copa Pacheco y Anchorena, también ganada por Cossoulet, en el Gran Premio de 1910).
Poco después de realizar esa tarea de investigación me encontraba circunstancialmente en una oficina del A.C.A y por un momento el empleado salió, dejándome solo. Mirando alrededor mío ví un mueble de madera con las puertas abiertas, y un estuche algo gastado. Intuí que podía ser la cigarrera, extendí la mano y me la puse en el bolsillo.
¿Robo? No, un simple hurto a los fines de preservar un objeto de valor histórico. Luego comprobé que efectivamente era la cigarrera. La conservé durante muchos años, hasta que Juan Manuel Fangio anunció la apertura de su Museo en Balcarce.
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