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El rastrojero, la peña de los jueves y el amor por el TC

Gustavo Mancuso arrancó en el Karting hasta lograr su objetivo. Correr en el TC. Todo lo que hizo fue con sacrificio y se lo contó a Carburando
El rastrojero, la peña de los jueves y el amor por el TC
El rastrojero, la peña de los jueves y el amor por el TC

Gustavo Mancuso, más conocido como “la oveja”, fue uno de los nombres que tuvo el Turismo Carretera. Debutó con un Torino y luego pasó a Ford donde todos recuerdan el Falcon negro. Para llegar a la categoría más popular, el de Chacabuco pasó por otras disciplinas. Su arranque fue en el karting donde ya notaba que para correr había que sacrificarse. Acá su historia:

El rastrojero para ir a buscar la carne

“Cuando compramos el karting para empezar a correr le dijimos a mi viejo que valía cinco pesos cuando en realidad salía dos. Le mentimos para que nos de eso y nos queden unos pesos para ir a la carrera. Fuimos con un karting un tanto maltrecho, con las gomas que conseguimos, pero demostramos que podíamos andar bien. Eso nos sirvió para despegar

Luego, organizando cenas, compramos uno nuevo. Me acuerdo que para esa cena fui a buscar, en un rastrojero, la carne a un frigorífico de Salto. Yo sabía que ahí estaba más barata. Hice la cola junto a todos los camiones que estaban esperando para cargar hasta que llegó mi turno. Cuando subí a la balanza me querían matar porque fui a buscar la carne en un rastrojero y sin nada. Le explique el motivo y el sacrificio que estaba haciendo para correr y se ve que les di lástima y me la vendieron”.

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La llegada al TC

“Una vez volviendo de una competencia de la Fórmula Renault, donde yo corría, nos propusimos ir al Turismo Carretera. En la conversación uno de los que venía viajando con nosotros saltó diciendo que conocía a Omar Rangone de la Auto Peña Ciudad de Azul, y que había un Torino disponible. Nos decidimos y ahí fuimos. Llegamos a un acuerdo, pintamos el Nº 181, y hago la prueba de suficiencia en el autódromo de Buenos Aires. Me acuerdo que fue un jueves a la tarde, hice el tiempo que tenía que hacer, y de ahí partimos rumbo a Balcarce donde era la carrera. El debut fue complicado. Rompimos el motor y para poder correr la final tuvimos que ir a La Plata a buscar otro para poder largar. Fue un sacrificio”.

La llegada del Ford

“Luego de un par de carreras con el Torino decidimos hacer un Ford. Compramos un casco de un Falcon e hicimos, junto a Gustavo Donadio y la gente de Chacabuco, un auto bastante nuevo. Nos habían dicho que un momento lo había corrido Jorge Martínez Boero pero nunca lo comprobamos. Fue en ese momento donde comencé a tener equipo propio. Me hacía el motor, con la ayuda de Omar Wilke, y tenía un grupo de colaboradores para ir a las carreras. Después con Tulio Crespi hicimos otro totalmente nuevo”.

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El terrible accidente

“En Balcarce me pegué una piña tremenda con el Ford contra una pared de hormigón. Fue tan grande que terminé internado un día en esa ciudad y 15 días en Mar del Plata. Recuerdo que el día que me dan el alta se accidentan Carlos Menem (H) y Silvio Oltra. Llegué a Chacabuco pensando que se había terminado pero dos días después me llevaron a Buenos Aires y me tuvieron seis jornadas más internado”.

Volver a armarlo

“Para poder recuperar el auto, la gente de Chacabuco hizo una cena y fueron 780 personas. Allí se recaudó una parte de lo que nos salía y el resto lo puso la ACTC. Es eso me permitió volver y siempre estuve agradecido. Estuve casi 7 meses parado”.

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La peña de los jueves

“Todos los jueves de la semana previa a cada carrera teníamos una peña. La gente me regalaba los pollos, la leña, la ensalada y con las tarjetas recaudaba plata. Eso me alcanzaba para comparar un juego de gomas y el combustible del auto de carrera. Primero íbamos en una camioneta y luego armamos un colectivo. Ahí dormíamos, comíamos y dormíamos”.

La rivalidad chacabuquense

“Era lógico que una ciudad donde había tres pilotos de TC, Patita Minervino, Tito Urretavizcaya y yo, existiera la rivalidad. Si bien nosotros nos llevábamos muy bien, y andábamos juntos siempre, el hincha y los colaboradores de cada uno la hacían notar. Nunca paso nada complicado pero se armaban lindas discusiones”.

El retiro

“Me baje del auto por cuestiones económicas. Me canse de hacer todo. Yo hacía el auto, el motor, reparaba el micro, organizaba los mecánicos, buscaba la publicidad y no daba más. Fue un desgaste abajo del auto”.

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