Rally
El triunfo del esfuerzo
"Es una recompensa a tantas horas de esfuerzo; de tener que renegar con el auto, con juntar la plata para estar, con viajar a las carreras, de sufrir con el frío o el calor...", admitió.
Sin embargo, quien llegó con una buena ventaja a la cita en el llano, reconoció que aún no se descargó del todo: "A la carrera de Entre Ríos fui tranquilo y a la vez no tanto porque Matías (Giandón, quien lo acompaña en la butaca derecha) está definiendo el título de navegante. Tenía la presión de terminar y sumar buenos puntos y a su vez quería ganar la carrera. Yo ya soy campeón, pero no lo voy a terminar de disfrutar hasta que Matías no sea campeón también".
Y agregó: "Es un esfuerzo muy grande el que él hace, pero el que siempre sale en los medios y se lleva los méritos soy yo. Fui presionado en ese aspecto. En el Gran Premio tal vez sea todo una liberación para mí; siento que le debo sacarlo campeón. Y para esa carrera estoy pensando en llegar y sumar los puntos necesarios, no me importará que me ganen los demás".
"El Negrito" comenzó con el pie derecho la temporada al festejar en Córdoba y luego cosechó otros cinco éxitos (La Rioja, Tafí del Valle, La Manzana, Tucumán y Entre Ríos) para redondear una gran campaña. "No me imaginaba este final en lo más mínimo. Sabíamos que teníamos un buen ritmo, pero pensé que íbamos a pagar muy caro el hecho de no conocer los caminos y los escenarios que transita el Argentino. No creí que me iba a adaptar tan rápido, eso me sorprendió. Era algo que sonábamos pero no lo esperábamos de esta forma. Ganamos la primera fecha, después fuimos al sur y nos dieron una linda paliza los Clio, pero luego festejamos en la tercera y ya es como que empezamos a creérnosla un poco. Hasta que cuando vencimos en la Vuelta de la Manzana me di cuenta que estábamos haciendo muy bien las cosas. Ahí nos cayó la ficha de que podíamos ser campeones porque todo venía dando sus frutos", sostuvo.
Al momento de hablar de las claves de esta conquista, manifestó: "Nos ayudó mucho el auto. El Ford Ka es uno de los vehículos más completas y el hecho de correr el año pasado con este auto nos permitió saber bien dónde había que cuidar para evitar roturas y en qué trabajar. Y otro punto clave fue la gente con la que nos rodeamos; un factor que nos dio tranquilidad y seguridad. Además, pienso que el destino estaba escrito y que la suerte estuvo de nuestro lado. Corrimos con tres autos distintos y en tres equipos diferentes y ganamos de todas las maneras".
Resta cerrar el año en el Gran Premio, aunque González ya se ilusiona con nuevos proyectos y objetivos dentro del Argentino: "Mi sueño ahora es subirme a un Junior. Me siento capaz de manejar ese auto. Superé la barrera del Ka, ya noto que lo puedo traer al límite sin ir exigido. Pero el presupuesto es algo difícil de conseguir en estos tiempos. El sueño está, aunque hoy lo veo un poco lejano. Ya estuve preguntando e informándome de todo respecto a estos autos. Nunca perderemos las esperanzas", afirmó.
