Su triunfo en la Fórmula 3000 en Spa Francorchamps fue la catapulta definitiva. Fernando Alonso recuerda aquel instante cuando con el auto amarillo de Telefónica alcanzó una victoria espectacular en la carrerra de Bélgica con pole, ganador de punta a punta, y récord de vuelta.
Era la última carrera de la categoría y venía de un segundo puesto en Hungría. Fue aquel sábado de 2000 cuando la Fórmula 1 'descubrió' a Fernando Alonso quien junto a Antonio García, por esos años eran las dos promesas españolas para intentar hacer pie en la principal categoría del mundo. García también corría en F3000 con un auto azul del Sauber Junior.
“Este es mi circuito preferido y ciertamente, aquella victoria fue un poco el inicio de todo”, declaró en su momento Alonso, quien afirmó que lo más difícil de aquella carrera fue la rueda de prensa, “porque no sabía una palabra de inglés y pasé muchos apuros".
Podio de Spa en F3000 del año 2000: Goosens, Alonso (ganador) y Minassian
"Desde entonces muchas cosas han cambiado”. Por ejemplo, su inglés es perfecto; tomó un profesor nativo para que le acompañase por Oviedo a todas horas durante tres meses y sólo le hablase en inglés. Por aquel entonces, Alonso ya tenía un pie en la Fórmula 1. Tras ganar la Fórmula Nissan de la mano de Adrián Campos, sedujo a Giancarlo Minardi y Cesare Fiorio, los entonces responsables del equipo.
El premio de la Nissan fue un test en Jerez de la Frontera. Aquel día llovía y lo pararon porque iba demasiado rápido y temían por el auto. “Pero si aún no he tenido tiempo de ir rápido” les dijo. Así que si hoy llueve y va deprisa nadie debe sorprenderse.
Sus resultados en la Nissan hicieron que ya algunos personajes hubieran oído hablar de él. Domingo Piedade, el manager de Emerson Fittipaldi, lo recomendó a Norbert Haug, pero el responsable de Mercedes no quiso hacerle mucho caso; el recomendado de Piedade, el portugués Pedro Lamy, no había dado la talla. Adrián Campos, a través de Minardi, también lo ofreció a Jean Todt, pero este no llegó a decidirse. “Todos dicen que habían reparado en él, pero yo puse el dinero encima de la mesa”, dijo Briatore que compró el contrato que tenía Minardi en su poder. Adrián Campos consiguió entonces que Alonso corriera un año cedido en Minardi antes de pasar después a ser probador de Benetton.
“No tenía sentido correr un año más en Minardi. No hubiera aprendido nada”, declaró no hace mucho Flavio Briatore. Años de trabajo, de metodología, de meterse en la 'filosofía Briatore' terminaron haciéndolo un piloto reflexivo, a quien le gusta tenerlo todo previsto.
'Ganar en Spa me cambió la vida' ha dicho Fernando Alonso en Bélgica. En ese pedazo de historia pura del automovilismo el sábado 27 de agosto de 2000 Fernando Alonso ganó su primera carrera en la F3000.
Fue su gran aparición en el automovilismo importante. Corría con un auto amarillo del equipo Astromega, y siempre llegaba al autódromo en compañía de Adrián Campos, su manager.
Por esos tiempos ya era piloto probador del equipo Minardi. La victoria de aquel sábado dejó a todos perplejos. Un chico tímido, un español que apenas hablaba ingleś, que saludó educado a todo el mundo, se subió al podio y festejó.
Después de bañarse y cambiarse, bajó por primera vez al paddock y se dirigió al 'hospitality' de Minardi. Allí lo recibió Giancarlo con un fuerte abrazo. Estaban Marc Gené y Gastón Mazzacane, ambos pilotos del equipo italiano, quienes también lo saludaron. Alonso era parte de ese grupo, aunque recién hacía pie en el ambiente...
También estaba otro argentino, Enrique Scalabroni quien también festejaba. Ya lo había visto en carreras anteriores y le veía mucho futuro.
Esa misma tarde de la victoria de Alonso, la empresa que él dirigía, Asiatech, con capitales asiáticos anunciaba que sería proveedor de motores para Minardi en 2001, tras proveer a Arrows ese mismo año.
Era todo festejo en la tardecita cálida de Spa. Hubo champagne, torta italiana de chocolate y mucho felicidad. Ese fue el momento en el que Alonso empezó a sentirse en la Fórmula 1.
Y ocurrió justo en Spa, delante de todos, en especial de un tal Flavio Briatore quien enseguida lo sumó en sus filas y al poco tiempo lo tuvo como máxima estrella.
En Spa tambień una vez brilló alguien llamado Michael Schumacher, cuando era un desconocido. Las historias han sido, en algunas cuestiones, muy parecidas.
