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Hace 94 años comenzaba la historia de las 500 Millas en Rafaela
La posibilidad de las 500 Millas Argentinas cobró fuerza y su realización fue abordada por la Comisión Directiva. El 3 de marzo de 1926 se dispuso definitivamente encarar la atrevida idea y el 27 de marzo en el libro de actas del club se deja asentado que: “estando todo dispuesto favorablemente se correrán las primeras 500 Millas Argentinas».
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El 6 de junio de 1926 a las 7 de la mañana 29 autos hacían tronar el piso de tierra. Más de 40 mil personas esperaban la largada. La carrera se disputaría en un circuito de caminos vecinales, ubicado a 2.000 metros al Oeste de la hoy Ruta 34, en la prolongación del Bulevar Roca, Un dibujo de aproximadamente 37 Km que debía ser recorrido en 21 oportunidades y así encontrar una equivalencia gaucha de las 500 Millas Gringas en Indianápolis.
Se pusieron en marcha los cronómetros desde un vagón de tren que a un costado constituía un lugar preferencial para las autoridades de la competencia entre ellos los fiscalizadores enviados desde Buenos Aires por el ACA (Automóvil Club Argentino). Ruido de motores, gritos, aplausos, huellas, tierra por el aire, se largaron las 500 millas, la gran historia empezaba a escribirse.
A bordo de un Hudson, con la pintura del 1 bien grande en la toma de aire del radiador, César Ignacio Scarafía fue el hombre que le dio el primer rugido de motores a las reconocidas “500 Millas Argentinas”, competencia que puso a la ciudad santafesina de Rafaela en los primeros planos automovilísticos en el país.
A las 2 horas de carrera se desató un temporal para que la competencia fuera más dramática en la lluvia y el barro. Domingo Bucci, quien figuró como el primer inscripto en la nómina se había situado en el liderazgo con su automóvil Hudson y ahí permaneció hasta que finalmente llegó la suspensión. El reloj marcaba 2 horas, 15 minutos y 1 segundo de carrera.
Pasarían semanas para que se retome la prueba deportiva, se produce una fuerte ruptura de relaciones entre Atlético y el Automóvil Club Argentino. La confusión ganó a muchos y las desprolijidades propias de la inexperiencia hicieron que se cometieran muchos errores al reanudar la prueba después de muchos intentos y postergaciones.
Recién el 29 de agosto de 1926 se reanudan las 500 Millas Argentinas. Fue ese entonces el momento donde Raúl Riganti, piloto que llegó desde Buenos Aires y se convirtió en el memorable ganador del primer gran carrerón de la República Argentina.