Johnny Laboritto: "Hoy en día un motor de TC lo puede armar cualquiera"

Carlos Alberto “Johnny” Laboritto atraviesa una realidad sin tantas luces dentro del Turismo Carretera, ya que actualmente trabaja sobre el impulsor de Leonel Pernía y en el TC Pista atiende a Alejandro Weimann. Además, la escuadra de su hijo Fernando se disolvió tras la salida de Juan Cruz Benvenuti a comienzos de este año.

La producción de Escudería Carburando se dirigió hasta el taller de Laboritto en Dolores y allí el histórico preparador habló de todo y no se calló nada. El final del Laboritto Juniors, la ida de Benvenuti, los motores multiválvulas y su relación con Guillermo Ortelli fueron algunos de los temas que abordó el hombre que se encarga de hacer velocidad.

Los preparadores actuales

A pesar de la poca cantidad de motores con lo que trabaja hoy en día, el bonaerense señaló que sigue con ímpetu, aunque lo aplaca el hecho de no poder desarrollar. “Las ganas de trabajar en los motores no se me han ido, pero si hoy en día no hay tantas cosas para hacer, que eso es lo que más me costó; no poder trabajar en lo que vos querés, sino en lo que se pueda. Como esta tan acotado el motor, ya dejo de ser tan importante lo que vos hagas. Si bien es primordial lo que haces, no podes desarrollar una leva o una tapa y no se puede hacer mucho en los múltiples o los carburadores. Hay muy pocas cosas para poder tocar, que era lo que nos gustaba a los motoristas, innovar y hacer elementos nuevos”, aseguró.

En la misma línea, puso en tela de juicio la capacidad de sus jóvenes colegas. “Hoy en día un motor de TC lo puede armar cualquiera. Un tipo que tenga verdaderamente noción y que pueda trabajar lo va a poder hacer. Hoy es más fácil, antes no lo era porque si no tenías ideas de lo que era un árbol de levas no lo ibas a poder desarrollar. Habías muchas más cosas para trabajar, donde un preparador se podía lucir”, sentenció.

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Y agregó: “Actualmente, no puedo juzgar a chicos como Giustozzi porque están andando muy bien, pero no sé qué harían si tuvieran que ser preparadores de todas las partes que hoy no podemos tocar. No conozco las habilidades de cada uno, peo sé que con los multiválvulas es más fácil porque hay muchas cosas que están hechas y no se pueden modificar. Hoy tenes que armar bien, pero no desarrollar. Esto hace que todo sea muy distinto”.

El final del Laboritto Juniors

En otro pasaje de la charla, el preparador que es múltiple campeón en el TC dio su visión sobre por qué su hijo Fernando le puso fin a la estructura. “Creo que se cansó un poco, estaba muy complicado para conseguir gente para trabajar. Él tiene una forma especial de hacer las cosas, no le gusta improvisar y quiere tener todo hecho de antemano. Se cansó porque no logró mantener el equipo que quería en cuanto a calidad de trabajo”, aseguró.

Además, remarcó que la salida de Benvenuti no fue prolija ni acorde a la relación que existía entre las partes. “Juan Cruz empezó con nosotros hace muchísimos años atrás. Es más, era el piloto del equipo y vivía con nosotros, porque en las carreras pasaba mucho tiempo en nuestro colectivo e integraba la estructura. Fernando arregló con él y a la noche se enteró que se iba con el equipo Renault. Fue como que Juan Cruz llegó a un acuerdo con Fernando y su padre lo había hecho por otro lado con Renault. No fue una forma muy onerosa de irse”, aseveró.

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“No nos hemos encontrados porque yo no fui más a las carreras. A mí lo único que me molestó, es que personalmente no me haya llamado por teléfono para decime que después de tantas cosas juntos no íbamos a seguir por diferentes circunstancias. Creería que la salida influyó en la decisión de mi hijo porque fue mucho el tiempo compartido y donde siempre le brindó todo. Tal vez eso lo haya empujado a decir que no iba a hacer más nada”, se explayó para cerrar el tema.

Las idas y vueltas con Ortelli

En la parte final de la charla, Laboritto habló de su vínculo con Guillermo Ortelli y recordó lo sucedido en la competencia de Rafaela del 2017, donde se produjo el quiebre definitivo de la relación entre ambos. “En un momento le alquile un motor Chevrolet y le dije que no tenía repuesto. Le comenté que estaba empezando a juntar las partes, pero que todavía no tenía un segundo motor listo. Lo aclaré bien y corrimos un montón de carrera sin ningún problema, pero fuimos a Rafaela y se rompió”, rememoró.

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Y siguió: “Tuvo que alquilar otro impulsor porque yo no tenía uno de repuesto, cosa que él ya sabía. Eso no le gustó y creo que a (Gustavo) Lema tampoco, pero bueno. De ahí en más, la relación quedó tirante y se fueron a otro lado porque estaban enojados, pero verdaderamente yo ya se los había dicho de antemano”.

Por último, el motorista de Dolores remarcó el concepto de que los preparadores son descartables. “Varias veces hemos tenido problemas con Guille porque en un momento nosotros estábamos andando bien y cuando él vino, empezamos a andar mejor, pero ya no tenía la posibilidad de pelear el campeonato. Cuando él vio que estaba sin chances, decidió irse, seguramente, a un lugar donde gastaría menos porque ya no le interesaba una gran performance debido a que ya no era el protagonista porque no le daban los puntos. Cuando pasa eso te sentís muy vapuleado porque cuando te necesitan sos Dios, pero cuando ya no te precisan te descartan muy fácil”, concluyó.