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Jorge Cupeiro, un piloto de raza
Jorge Cupeiro había nacido un 15 de octubre de 1937 en Buenos Aires, sin embargo su apodo era el "Gallego".
Siempre se caracterizó por tener un manejo especial y efectivo con una gran inteligencia para elegir con que máquina correr.
En sus comienzos se destacó en el motociclismo, donde ganó cuatro campeonatos.
Luego su pasión por los "fierros" lo elevaron al automóvilismo donde comenzó con un pequeño Heinkel en el año 1959 ganando las siete carreras en las que participó.
La década del 60 ya le dieron un impulso mayor destacandose con diferentes marcas donde logró 41 triunfos hasta 1971.
Pero indudablemente su popularidad llegó cuando apareció en el TC con uno de los autos que cambiaron la historia de la categoría, el "Chevitu".
De la mano de su amigo José Froilán González llegó ese auto compacto que puso en jaque a la era de las cupecitas, ganado 13 competencias, por muy poco no fue campeón, algo que hubiese merecido largamente.
Tuvo rivales de fuste como los Emiliozzi, Bordeu, Gastón Perkins y su gran amigo y rival de siempre Carlos Pairetti.
Cupeiro fue un piloto integral y no solo se destacó en categorías de autos con techo ya que corrió en las temporadas de Fórmula 3 del 66 y 67 en Argentina con una actuación destacada.
Ganó tres veces las "500 millas Argentinas", todo un clásico para la época.
Participó en los "1000 KM. de Bs. As" en el 70 y 72.
Su último triundo fue en 1976, en el Turismo Carretera, en San Miguel del Monte.
El "gallego" con un Dodge, preparado por "Tato" Ferrea, cortaba la racha histórica de Roberto Mouras con el "7 de oro", sin embargo para los registros, esa victoria no cuenta, ya que su auto fue objetado al no dar el peso, algo que Cupeiro siempre reclamó por considerar que si estaba dentro del reglamento.
Cupeiro además del TC corrió en Turismo Standar, Anéxo J, Turismo Mejorado, Mecánica Argentina F1 y Sport Prototipos y el Club Argentino de Pilotos.
Su nombre también se inscribió en una de las páginas más destacadas del deporte motor argentino a nivel mundial, integrando la Misión Argentina a Nürburgring en 1969, con los Torino, compartiendo la butaca del auto N° 2 con Gastón Perkins y Eduardo Rodríguz Canedo.
Jorge Cupeiro fue un piloto de raza, nombrado hace dos años Presidente Honorario de la Asociación Argentina de Volantes reemplazando a su gran compañero Froilán González y secundando en la institución a su gran amigo Juan María Traverso.
Sin dudas Cupeiro es sinónimo de automovilismo y el mundo de los fierros siempre lo recordará con respeto y felicidad.
¡Hasta siempre Gallego!