Opinión
La fiesta del Gurí Martínez fue completa
La fiesta preparada para el Gurí Martínez en Paraná fue completa. El Turismo Carretera vivió un fin de semana impresionante en el autódromo del Club de Volantes Entrerrianos. El escenario ubicado en cercanías de la capital de Entre Ríos ratificó, una vez más, que es uno de los lugares más taquilleros que visita la categoría. El predio se vio desde el día jueves colmado por una multitud. Muchos lo compararon, en cuanto a la presencia de simpatizantes, con lo que fue la carrera 1000 del TC y otros se arriesgaron a decir que había más. Es probable. Pero había un condimento extra y se hizo notar. La despedida del Gurí. El ídolo de Ford demostró todo lo que sembró a lo largo de su historial. Sin dudas que se puede decir que la mitad de los que se hicieron presentes fueron por él.
El sábado, una vez que finalizó la actividad y le permitieron a la gente ingresar a boxes, todos buscaron el Ford amarillo. Allí estaba “el supremo” como lo bautizaron sus seguidores. El los estaba esperando. Como nunca se vio un Gurí distinto. Estaba nervioso, emocionado, era un persona que quería abrazar a todos y que quería disfrutar cada segundo de un fin de semana que quedará grabado para siempre. No podía creer el respaldo y el cariño recibido.
Sus días en el circuito fueron muy intensos. Desde el punto de vista emocional y desde lo laboral. Por su cabeza no solo pasaba su retiro sino que también tenía la responsabilidad de tener la atención en los autos de su equipo. Además, entre esas cosas, debía hacerse el tiempo para atender los compromisos, los medios, los amigos y las diferentes actividades que tenía programada.
Nadie quiso perderse su última carrera. Mucho menos su familia. Todos vivieron con mucha intensidad el minuto a minuto. Para completar la fiesta, la frutilla del postre fue el rendimiento de su Team. El primer y el segundo escalón del podio lo ocuparon sus autos. Mauricio Lambiris le regaló la victoria y Juan Bautista De Benedicti lo escoltó.
A partir de ahora el TC seguirá con el peso de su historia pero ya sin uno de sus referentes. El Gurí se bajó del Ford y con sus virtudes y sus defectos, la hinchada del ovalo lo tendrá, hasta acá, como el último ídolo.