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La historia de superación del menor de los Hamilton
Lewis Hamilton es la megaestrella que eclipsa las últimas temporadas de la Fórmula 1 y los seis títulos mundiales que ostenta hasta el momento ya lo ubican en un lugar privilegiado dentro de la historia del deporte motor. El británico es una inspiración para muchísimas personas, pero no es el único integrante de la familia que brilla con luz propia: también está su hermano menor Nicolas.
“Nic” siempre vivió de cerca los éxitos de su hermano, pero construyó su propio camino a base de esfuerzo y perseverancia para vencer sus propias limitaciones. El joven de 28 años es hijo del segundo matrimonio de Anthony Hamilton y desde su nacimiento, la vida le puso retos a vencer: nació sietemesino, con parálisis cerebral del lado derecho lo que afecta su movilidad y la órbita de sus ojos se mueven de manera independiente.
A los 18 meses de vida, los médicos que le dijeron a Anthony y Linda que su hijo estaría postrado en una silla de ruedas. Pero la tenacidad y un esfuerzo que se mantuvo en el tiempo hicieron que a los 17 consiguiera poder caminar sin ayuda.
Con la estela del talento de Lewis por delante, Nicolas siempre fue un apasionado por las carreras y su padre le dio una oportunidad. En un estacionamiento a las afueras de Londres, el pequeño tuvo su primera experiencia arriba de un karting, pero un accidente en esa jornada hizo que su progenitor le diera la negativa para otra chance.
Sin embargo, el menor de los Hamilton pudo hacerse un lugar en otra faceta del automovilismo: el simracing. Cuando tenía 15 años, recibió la invitación de la empresa Project Cars para convertirse en piloto de pruebas de sus simuladores. Con una máquina similar a la que se utiliza en F1, el inglés se fue desarrollando en la disciplina.
En 2009, participó el Campeonato Británico de automovilismo virtual y consiguió quedarse con el título, hecho que volvió a traer sobre la mesa la posibilidad de probar en el mundo “real”. Una vez cumplidos los 18, ingresó en la escuela de karting de Jonathan Palmer y ahí realmente comenzó a mostrar su destreza al volante.
En salto a los autos con techo se dio en 2011. El nacido el 28 de marzo de 1992 incursionó en la Clio Cup de Inglaterra, categoría en la que se mantuvo hasta 2012 y luego volvió en 2017 y 2018. Además, en 2013 hizo cinco carreras en la Supercopa Seat León, certamen que acompaña al Campeonato Europeo de Turismo (ETCC).
Pero el crecimiento no se detuvo en torneos de menor jerarquía. Generando su propio apoyo publicitario y sin financiación de su hermano mayor, Hamilton llegó al Campeonato Británico de Turismo (BTCC), la categoría más importante dentro del automovilismo inglés y una referencia a nivel mundial.
Con 22 años, Nicolas debutó el 27 y 28 de junio de 2015 en el circuito de Croft con un Audi S3 del equipo AMD, convirtiéndose en el primer piloto con parálisis cerebral en correr en dicha competición. Tras regresar dos temporadas a la monomarca Clio, el menor de los Hamilton retornó al BTCC en 2019 y lo hizo con un Ford Focus del Motorbase, logrando como mejor resultado 18vo lugar en Snetterton.
Para este año, “Nic” se incorporó al Team Hard Racing para correr con un Volkswagen CC y ser compañero de Jack Goff, Mike Bushell y Carl Boardley. Las expectativas se esfumaron por el avance de la pandemia del Coronavirus en Inglaterra, pero cuando se reanude el deporte motor el auto con el número 28 en los laterales saldrá a pista.
Más allá de su experiencia en el automovilismo real, el oriundo de Stevenage se mantiene vigente en el ambiente donde es una referencia: el simracing. Fue invitado por la Fórmula 1 y disputó los Virtual Gran Prix de Bahréin y España acompañando a Lando Norris en McLaren.
A pesar de estar bajo el reflejo del brillo de su hermano, Nicolas Hamilton supo enfrentar las adversidades y hacer su camino sin depender de nadie, lo que lo convierte en una megaestrella de la vida.