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La odisea de Ayrton Senna en Buenos Aires
Sobre el genial Ayrton Senna hay muchas historias e infinidad de anécdotas.
Para los argentinos siempre es especial hablar del brasileño y para los pilotos nacionales de su época más todavía.
Hemos comentado reiteradas veces, que el tricampeón mundial de F1, fallecido en Imola 1994, compartió las pistas de Karting de Sudamérica con Gustavo Der Ohanessian, Henry Martin, Luis Belloso y algunos más.
Pero lo curioso de esta historia se remonta a diciembre de 1979. Ese día en el Velódromo Municipal de la Ciudad de Bs. As., en los bosques de Palermo, se disputaba el Campeonato Argentino de Karting categoría Internacional.
Senna con sus 19 años vino a correr como invitado por la Federación Argentina de Kart, cuyo presidente era "Coco" Der Ohanessian, papá de Gustavo, y el brasileño se sumó al equipo del "Gordo" Roberto Brea para correr con uno se sus karting Panther junto al Pejerrey Luis Belloso.
El gran Ayrton se subió al kart n° 58 muletto del joven sanjuanino, algunos años menor que el paulista, para entrenar y girar en el difícil trazado porteño.
Ya mostraba sus cartas y era uno de los referentes del Kart con su presencia sin dudas, se iba a jerarquizar el espectáculo que finalmente consagró como Campeones Argentinos a Gustavo Der Ohanessian y Claudio Becerra.
A Ayrton finalmente no lo dejaron correr por ser extranjero y no tener licencia argentina y era la definición de un campeonato argentino.
Pero lo curioso del fin de semana era que Brea, propietario del equipo, le pidió a "Pocho" Martin que vaya a buscar a Ezeiza a Ayrton proveninete de San Pablo.
El inquieto Gustavo Der Ohanessian, integrante de ese equipo, se subía a todo lo que tenía ruedas en ese tiempo, le dijo al papá de Henry que lo acompañaba.
Se subieron al Peugeot 504 de Brea y antes de arrancar el juvenil Der Ohanessian, sin registro aun, le pidió al bueno de Pocho que lo dejara manejar y lo dejó sentarse en la butaca izquierda.
Resultado, a las tres cuadras se tragaron en una bocacalle un camión de verduras y el pobre Ayrton esperaba horas en el aeropuerto internacional de Ezeiza sin que nadie fuera por él, hasta que decidió tomarse un taxi y putearlos en portugués a todos.
Senna no pudo correr pero estableció una linda relación con los pilotos argentinos, tal es así que a Henry le regaló los guantes y tiempo después le vendió un motor, que el propio brasileño eligió el n° 33, con el cual el sanjuanino logró en campeonato argentino de Karting del 80 que se corrió en enero de 1991.
Ese motor todavía lo conserva y en marcha Henry Martin, ah los guantes!!!, nunca los encontró.
