A lo largo de los años, fueron muchos los accidentes que ocurrieron en la Fórmula 1 y, algunos, terminaron con la vida de los pilotos más que nada en las décadas del 50º, 60º y 70º. Sin embargo, otros incidentes y golpes en carreras causaron impacto por ser extraños.
Una de las más raras es la de Emerson Fittipaldi en el Gran Premio de Monza 1993, cuando chocó a un auto en la línea final y se elevó por el aire, aunque sin consecuencias físicas. Hay otra muy extraña es la de Nick Heidfield, que no bajó la velocidad cuando estaba el auto médico atendiendo a un piloto en la pista, y chocó la puerta del coche. De milagro, no hubo heridos.