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“Me dio más fama mi postura contra la ACTC que el título”
“Por estos días estoy reviviendo el automovilismo. No fueron muchos años, pero sí muy intensos. Tuve la suerte de correr en tres grandes categorías. Corrí en la Fórmula Renault, en el TC y luego pasé al TC2000. Y también estuve en muy buenos equipos, junto a grandes personas de las que aprendí mucho”, comentó Walter Hernández, campeón de Turismo Carretera en 1993, en una nota en el programa Carburando En Casa..
“Arranqué muy a pulmón, junto con mi padre. Disfruté mucho todas las categorías. Hoy miro carreras de aquellas épocas. Me emocionó como si las viviera hoy. Y con las ganas intactas de dicen que me cambia el tono de voz y el brillo de los ojos cuando hablo”, destacó el ex piloto de Nicanor Otamendi.
“Todos los días tengo ganas de subirme a un auto de carrera. Estoy tratando de conseguir un karting con caja al volante para mantener los reflejos al día. Cuando me invitó Christian Ledesma, rejuvenecí 15 años”, destacó Hernández, que en plena cuarentena aumentó su producción de papa. Sobre el título obtenido en 1993 con el Ford Falcon de TC, indicó: “Fue todo muy rápido y cuando es así cuesta disfrutarlo. Y cuando pasan los años uno ve los aciertos y los errores y los sueños que se cumplen. Cuando nos reunimos con Trepat, Wilke, Giambrone y Edgardo Fernández, Trepat me dijo vamos a pelear el campeonato. Yo le dije mirá que es muy difícil todo esto. Y salió”.
Y subrayó momentos de su infancia: “Cuando yo escuchaba la música de Carburando, que es de la película Grand Prix, yo era chico y decía que iba a correr. Me iba con mi papá a disfrutar el asado, veíamos tirar a los autos. Pero yo estaba muy seguro que podía correr. Lo soñé y lo viví. Se hizo realidad. Fui campeón de TC. Fui protagonista del automovilismo. Es muy difícil conseguirlo. Lamentablemente tuve que dejar de correr, pero mi situación fue distinta al retiro de la mayoría. No podía seguir corriendo, y no porque no tenía ganas”.
Hernández estuvo en el centro de la polémica al mantener su postura de no correr más en competencias en ruta, tras los accidentes de Roberto Mouras y de Osvaldo Morresi: “Yo tuve mejores resultados en ruta que en autódromos. Era riesgoso correr en ruta. Los autos eran cada vez más veloces, sabía de qué se trataba correr en los semipermanentes. Viví los accidentes de Mouras y de Morresi. Varios pilotos dijimos que no corríamos más, pero yo mantuve mi postura. Esa decisión me jugó en contra para las aspiraciones del título de 1994”.
Y agregó: “Pero me dio más fama esa postura que el título. Fue un error de la categoría mantenerse con esa idea. La suspensión estuvo fuera de lugar. Pero eso me ayudó mucho en mi vida. Todo eso me hizo entender que las cosas no son como uno piensa. Pero me abrió las puertas en otro sentido y dejó una huella para tomar decisiones en momentos críticos. Mantenía mi palabra pero dejaba un título. Mantener la palabra sirve para los negocios, para la vida. Me dejó una gran enseñanza el automovilismo en muy pocos años, y las aplico en la vida”.
Muy vinculado a Guillermo Maldonado en sus inicios en el TC2000, el ex piloto del equipo oficial Volkswagen recordó: “Tengo el mejor de los recuerdos de Yoyo. El me abrió las puertas en el TC2000 y me enseñó todo. El automovilismo está muy agradeció a Maldonado. Dejó una enseñanza, una forma de correr y dejó una huella, que es lo más importante”. Hernández explicó: “Corrí para Maldonado y para (Oreste) Berta. Para mí fue un crecimiento increíble en poco tiempo. Tenían la misma metodología, porque Yoyo había trabajado con Berta. A veces llegaba a Nueve de Julio y era de noche y estaban tirando un motor. Y una vez llegué a Alta Gracia en enero y Berta estaba tirando un motor a las 10 de la noche. Esa pasión no se te borra más. En ambos casos me abrieron las puertas de sus casas".
Un momento polémico en el automovilismo argentino fue la resolución del TC2000 en Rafaela, en 1997, cuando penalizaron a Hernández (VW Polo): “Otro episodio fue la definición del TC2000 en Rafaela. Todos los autos debieron ser desafectados, porque a todos los autos tocaron. Cuando pasé a Ford también se los decía. Henry Martin no tiene nada que ver, pero fue una decisión errónea. Después fui protagonista siempre. Esa carrera la viví de manera muy especial. Esa mañana me levanté y le dije a Yoyo que iba a salir campeón, porque estaba lloviendo. Y a mí me gustaba correr bajo el agua, estaba confiado. Pese a que en 1994 había perdido ante Lalo Ramos bajo el agua, porque me pasé y le pegué a Guillermo Del Barrio”.
Sobre el futuro del automovilismo argentino, Hernández fue tajante: “El automovilismo debe dejar los negocios particulares de cada uno para que la actividad fluya y vuelva a arrancar”.
