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Mercedes SLK un cabrio especial que cumplió 25 años

El Mercedes Benz SLK es uno de los convertibles más especiales de la industria automotriz mundial. El pionero en guardar su techo duro en el baúl
Mercedes SLK un cabrio especial que cumplió 25 años
Mercedes SLK un cabrio especial que cumplió 25 años

Mercedes Benz hace un cuarto de siglo sorprendía a los seguidores de la marca con un descapotable que estrenaba un novedoso concepto, el de un techo rígido eléctrico como alternativa a la clásica capota de lona.

Así nacía el clásico Mercedes-Benz SLK R170. 

Esta primera generación del conocido SLK se transformaba de coupé a cabriolet en menos de 30 segundos, pero también introdujo algunas novedades interesantes en materia de seguridad, y de hecho recibió muy buenas puntuaciones en las pruebas de choque de la época, incluidas las de vuelco.

El nombre de este roadster proviene de la manera en la que se referían a él los ingenieros durante el proceso de desarrollo.

"SL corto", con una longitud de apenas 4,0 metros, el R170 era 50 centímetros más corto que el enorme SL de la generación R129 de entonces.

A lo largo de sus tres generaciones, el SLK ha vendido más de 710.000 ejemplares.

Desde el año 2016, Mercedes-Benz comercializó el modelo bajo la denominación SLC, en lugar de SLK.

La versión de producción de aquel primer SLK se presentó originalmente en el salón del automóvil de Turín, el 22 de abril de 1996, como un biplaza descapotable, justamente en una época en la que los roadster estaban resurgiendo en el mercado europeo.

El SLK resultó ser un producto importante para la casa alemana, que contribuyó al auge de los cabrio en los noventa y los años 2000.

Este auto quedó en la historia por tener elementos de acero y cristal del techo se replieguen hacia atrás y queden escondidos bajo la tapa del baúl, permitiendo que la cola no sea demasiado larga y dejando, además, algo de espacio de carga disponible.

Como es lógico, el mecanismo se probó a fondo, y de hecho 30 prototipos se sometieron a ciclos de apertura y cierre de 20.000 veces cada uno, lo que equivale a accionar el techo 6 veces al día durante una década.

El tope de gama o SLK 55 AMG, tenía un motor 5,4 litros V8 alcanzaba los 360 hp.

El más salvaje de todos fue el SLK 55 AMG Black Series, con 400 hp, aunque solo se fabricaron 120 unidades. Aceleraba de  0 a 100 km/h en 4,5 segundos y una velocidad punta de 280 km/h.

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