Fórmula 1
MÓNACO: UNA TRADICIÓN IRRESISTIBLE
El Gran Prix de Mónaco es una carrera de Fórmula 1 muy especial.
Los historiadores dirán que Montecarlo tiene glamour y un clima único para correr una carrera de autos.
Sus paisajes, su gente, sus calles, su río, sus yates, visten un Gran Premio que tiene mucha historia y que comenzó el mismo año que la categoría Reina de manera oficial.
Es uno de los grandes premios más antiguos de la F1 y un de los más prestigiosos. El fundador de este circuito fue Antony Noghés, y a pesar de que éste se terminó de construir en el año 1920, no fue hasta 1929 que se corrió la primera carrera.
La edición 1933 de la carrera fue el primer Gran Premio de la historia del automovilismo en que la grilla de salida se determinó según los tiempos de vuelta marcados en las sesiones de entrenamientos, en vez de por sorteo.
El Gran Premio de Mónaco se disputaba tradicionalmente el "Día de la Ascención", que generalmente es en el último fin de semana de mayo.
El circuito de Mónaco tiene gran cantidad de subidas y bajadas, rectas cortas, curvas cerradas y estrechas vías, por lo que es un circuito muy agotador.
Por otra parte, es de los más seguidos por los espectadores en la televisión.
El Gran Premio de Mónaco formó parte del primer Campeonato Mundial de Fórmula 1 desde el 21 de mayo de 1950, año de creación de este premio automovilístico, ganada por nuestro Juan Manuel Fangio con la Alfeta, lo que sería la primera de sus 24 victorias en la F1 por los puntos, halago que repetiría años más tarde.
También en 1980 Carlos Alberto Reutemann se daba el lujo de obtener su primera victoria con Williams y su primer éxito en el principado en una carrera que el santafecino manejó con astucia y perfección.
El Gran Premio de Mónaco es el único del calendario de la "máxima" que no supera los 305 km de distancia total del Gran Premio, debido a una cláusula especial que la FIA tiene aprobada para Mónaco. Se disputan solo 78 vueltas, con una distancia total de 260 km, ya que si se disputara con el mínimo de 305 km, se deberían completar un total de 92 vueltas, y a una velocidad media de 155 km/h nunca daría tiempo material de completarlas todas debido a la extrema lentitud del circuito.
Para los que alguna vez tuvimos la suerte de ver F1 en Mónaco el recuerdo se torna imborrable.
En 2013 tuve la posibilidad de disfrutar el último gran premio por las calles del principado de los autos con ese sonido encantador que vibraba en la caja de resonancia de las hermosas calles del circuito y retumbaba sobre las montañas.
El ganador fue el piloto alemán de Mercedes Nico Rosberg, que lideró toda la carrera además de lograr la pole position. Fue su segunda victoria personal en la Fórmula 1, además de ser la primera en el Gran Premio de Mónaco. Su padre Keke lo logró en 1983 por lo que se convirtieron en la primera pareja de padre e hijo que logran ganar en el mismo Gran Premio.
Recuerdo al jovencito alemán, muy parecido a Leonardo Di Caprio, llegar al circuito el domingo con la camiseta del Bayer Munich que había logrado ganar la Champions superando al Borussia el día anterior.
En ese domingo también corrió la Copa Porsche con un argentino en la grilla, Esteban Gini, que completó todas las vueltas de la carrera.
Mónaco es especial, tiene magia, y sin dudas ganar en la tierra del Principe Rainiero y subir al podio real es algo que jamás se olvida.
Para los que la vivimos también quedará por siempre en nuestra memori,a una competencia, donde la carrera muchas veces es un excusa.