Opinión
Papá es un superhéroe
Cuatro días le llevó a Salvador Gabriel conocer al hombre que lo puede todo, al que es capaz de levantar una casa con una sola mano, o hacer el curvón de Rafaela sin alerón trasero a más de 220 km/h. Papá Mariano ya es su superhéroe favorito. Como le sucede a la mayoría de los niños que ve en su padre a un ser todopoderoso.
El primer nieto de la familia Werner nació el jueves en la clínica Rawson de Paraná y unas horas más tarde, papá se tuvo que ir a trabajar. Sin una capa, pero con un buzo antiflama y un casco que también lo diferencia de cualquier ser normal. Y más cuando el lugar donde le toca trabajar es tan peligroso y desafiante. Seguramente la despedida habrá sido distinta a las de cada fin de semana cuando Mariano sale de casa para ir a correr. Pero de lo que no quedaron dudas es que no dejó en el camino ni una sola milésima luego de la llegada de su primogénito.
Vino recargado este Werner. Fue emocionante verlo manejar ayer sin el alerón trasero. Desde la vuelta 6 a la 27. Parecía poseído, manejando ese Peugeot 408 endemoniado. Hubiese sido más cómodo y seguro abandonar. Pero siguió en pista. Domando al León enfurecido que pegaba latigazos en el medio del curvón a más de 220 km/h. Defendió la punta con las garras afiladas y nunca se rindió en la pelea.
La falta del alerón trasero le quitó unos 50 kilos de carga aerodinámica en la parte trasera que descompensaba el equilibrio del coche. Al no tener ese sustento, Werner tenía que transitar el curvón unos 20 km/h más lento de lo normal atajando con el volante y el acelerador la ida de cola para no estrellarse contra el paredón. Pero cuando el auto se ponía derecho iba más rápido que cualquier otro por no tener ese elemento que lo frenara. Y otra vez a sufrir cuando tenía que frenar a puro coraje con el Peugeot desbocado a más de 290 km/h.
Rafaela es un circuito que te da y te quita, y últimamente Werner tiene una relación particular con el “Templo de la velocidad”. Ganó la “Carrera del millón” del TC allí, el año pasado, y en el Súper TC 2000 tuvo al alerón como verdugo. En el 2015 lo excluyeron después de ganar con el Ford Focus del Lincoln Sport Group por problemas con la incidencia y ahora porque se le desprendió. Pero en ambos casos su desempeño fue más importante que el resultado final.
Este fin de semana, se quedó con la carrera clasificatoria y la mejor maniobra del sábado, ganó la prueba de tanque lleno, y se llevó los aplausos del domingo por su actuación heroica que le valió la punta del campeonato. El problema no es tener miedo, sino tener el valor para afrontarlo y vencerlo. Werner tenía razones suficientes para volver a su casa este domingo. Porque alguien esperaba que volviera su superhéroe.
