Prohibición de entrar a los circuitos, una modalidad de la CAF

No es nuevo el castigo para el ecosistema de la ACTC. La “prohibición de ingresar a los circuitos por tiempo indeterminado” que recayó ahora en Alberto Canapino, es la misma sanción que recibieron después del caliente cruce y fuertes declaraciones que protagonizaron en los boxes de Concordia, el pasado 28 de julio, Rodolfo Di Meglio y José Ciantini, en plena discusión por el toque en la final de TC Pista entre Lautaro De la Iglesia y Diego, el hijo del ex piloto de Balcarce.

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Las duras sanciones que impone la CAF (Comisión Asesora y Fiscalizadora) de la ACTC a los pilotos, suelen comprender el retiro de licencia y suspensión por una determinada cantidad de fechas. Sin embargo, cuando las faltas disciplinarias o técnicas provienen de un agente externo a la pista, ya sea un técnico, un concurrente, responsable de equipo, familiar, o allegado al piloto, el peso de la justicia suele caer con el mismo rigor, aunque en un formato que se ha repetido en casos resonantes de la última década.

La prohibición del ingreso a los circuitos es la modalidad. El primer antecedente de las últimas diez temporadas fue el de Fernando Hidalgo, propietario del por entonces equipo HAZ, quien no pudo entrar a los autódromos por 60 días. ¿El motivo? Por agravios a la ACTC. En la carrera de Olavarría de aquella temporada había denunciado irregularidad en el Torino del Maquin Parts, que conducía Néstor Girolami. La categoría convocó al director deportivo del HAZ, Alberto Scarazzini, para que presenciara la revisión técnica y luego le bajaron el martillo a Hidalgo.

Los casos más resonantes fueron los del Lincoln Sport Group. En julio del 2011, Manuel Cuervo –hijo de Hugo, propietario del equipo- fue sancionado con esta medida, durante siete meses (y 5.000 pesos de multa) por insultar al responsable técnico de la ACTC, Alejandro Solga, cuando Gabriel Ponce de León fue excluido por el uso de placas de plomo debajo del tanque de combustible de su Ford (antirreglamentario), después de ganar la carrera en el Autódromo de Buenos Aires.

Un mes más tarde, por este mismo episodio, la CAF confirmó la suspensión del equipo y la inhabilitación definitiva para el escribano en cualquier actividad de la entidad. Los Cuervo no podían ingresar a los circuitos. Y el equipo pasó a llamarse GPG, las siglas de sus pilotos (Néstor) Girolami, Ponce de León y (Mauro) Giallombardo, quienes se hicieron cargo del equipo para poder correr.

Luego de ser sorpresivamente “indultado” durante el 2012, los Cuervo retornaron a la escena de boxes. Sin embargo, a comienzos de 2013 estuvieron involucrados en un nuevo episodio. Un video mostraba al Falcon de Mariano Werner circulando por la ruta con el escribano al volante. Hugo Cuervo fue suspendido nuevamente con la prohibición de ingresar a los circuitos por el plazo de siete meses y una multa de 500.000 pesos. Fue un escándalo de magnitudes, que también salpicó a los pilotos que debieron largar últimos en las siguientes cuatro fechas.

En septiembre de 2015, el motorista Claudio Garófalo también recibió una dura sanción por detectarse en reiteradas ocasiones anomalías en sus impulsores. La CAF le prohibió concurrir a los circuitos por seis meses, además del retiro de su licencia y la inhabilitación para proveer impulsores en todas las categorías de la ACTC. El preparador de Quilmes también debió abonar una multa de 150.000 pesos.

El “Bocha” Ciantini no fue el primer padre en verse envuelto en incidentes que derivaron en duras sanciones. En mayo del 2014, luego de un encontronazo en pista entre Federico Pérez y Brian Atkinson, en una carrera del TC Pista, en Concepción del Uruguay, el padre del piloto de Junín reaccionó contra Atkinson y la CAF le cerró el acceso a los escenarios por siete meses. No fue la única vez. Gastón Pérez volvió a tener bloqueado el ingreso a los circuitos luego de involucrarse en otra situación de su hijo (con Federico Iribarne), el año pasado, en Villicum.

Otra situación similar en el TC Pista. Fue a comienzos del 2015, en Trelew. Atkinson volvió estar envuelto en una polémica de carrera, aunque esta vez con Federico Alonso. El padre del piloto de Río Gallegos, Jorge Alonso, intercedió en el conflicto deportivo recriminándole al rival de su hijo. No pudo acompañar a Federico por seis meses.  

A fin del año pasado, Claudio Urcera –padre y concurrente de su hijo José Manuel- tuvo una fuerte discusión con Alberto Canapino, luego de un toque entre sus hijos en la largada de la serie de la última fecha del TC, en San Nicolás. El técnico de Arrecifes había posteado en sus redes sociales: “El dinero compra velocidad, pero no compra talento”, lo que provocó la reacción del empresario patagónico. Por el incidente, a Urcera le negaron el acceso a los autódromos por 6 meses (más 100.000 pesos), aunque luego se lo redujeron a tres meses.

Si bien en el comunicado emitido ayer por la CAF, la sanción a Alberto Canapino fue la más resonante, no fue la única. Marcelo Cotignola, padre de Nicolás y propietario del Sprint Racing, también tendrá prohibido el ingreso a los circuitos, por reiteradas conductas indebidas. En la pasada competencia de Villicum tuvo un altercado con un oficial deportivo. Y el año pasado, ya le habían negado el ingreso a los autódromos por un episodio que motivó a las autoridades del Auto Moto Club Olavarría a realizar una denuncia policial en su contra.

En un deporte donde las revoluciones siempre están elevadas, las “pasadas de vueltas” se pagan caras. Al que se corre de la línea de las buenas conductas, la CAF tiene su modalidad para “invitarlo a meditar”…