Opinión
Río revuelto
No fue un domingo más para el Súper TC 2000 y para el automovilismo argentino. El río estuvo revuelto. Para el primero porque eran los 200 Kilómetros en el escenario porteño y porque desde lo organizativo arrancó complicado por la fuerte tormenta que se desató en la capital federal. Si bien la lluvia afectó el principal problema, y quien más daño causó, fue el fuerte viento. Él se encargó de destruir muchas cosas y provocar complicaciones varias que no estaban previstas. A partir de ahí y desde horas tempranas hubo mucho esfuerzo de gente para sacar un espectáculo adelante de semejante magnitud.
Para el automovilismo tampoco fue fácil ya que el autódromo, donde se nota que se están haciendo cosas, todavía tiene mucho por mejorar. El circuito 12 con lluvia mostró muchas falencias, fundamentalmente en las banquinas.
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Pasando al plano deportivo tampoco fue un domingo más para varios. En primer lugar para la dupla ganadora Emiliano Spataro y Christian Ledesma. El viernes luego del fuerte impacto del marplatense, todos pensaban que era imposible reparar un auto que se pegó a casi 200 kilómetros. El enorme e increíble trabajo del Sportteam lo hicieron posible y se llevaron el premio mayor. Un premio por no bajar los brazos, por el esfuerzo, por la pasión y por el profesionalismo.
Quienes vivieron un sueño, pero que fue realidad, fueron Juan Ángel Rosso y Sebastian Peluso. Los jóvenes, debutantes en los 200 Kilómetros, hicieron una carrera fantástica y estuvieron a nada de quedarse con la victoria. La estrategia, la experiencia y la jugada de Víctor Rosso, hicieron que todo salga de manera perfecta. A eso hay que agregarle la parte conductiva de los pilotos que se mezclaron entre los grandes sin ningún tipo de problemas. Para el equipo Fela fue una fecha ideal porque el otro binomio, Damián Fineschi – Juan Manuel Silva terminaron en la quinta posición.
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El tercer binomio que terminó un domingo perfecto fue el de Berni Llaver y Santiago Urrutia. Ambos llevaron al Chevrolet al tercer escalón del podio y los puntos obtenidos le permitieron a Llaver ubicarse quinto en el torneo, por delante de Agustín Canapino, y ser el mejor de la marca.
Por último tampoco fue un domingo más para los referentes y grandes candidatos a la carrera y fundamentalmente al campeonato. Facundo Ardusso, puntero del torneo, se complicó con la estrategia y cayó al puesto 14 en el clasificador final. Lo mismo sucedió con Matías Rossi y Pechito López que terminaron 15 y Mariano Werner con Mariano Altuna que finalizaron 16. Tampoco fue buena la posición para Agustín Canapino y Franco Vivian. Si bien largaron desde la última posición, pudieron llegar hasta el puesto 13.
En Buenos Aires por todo lo contado no fue un domingo más, hubo nervios, hubo corridas, el río estuvo revuelto y como dice el refrán hubo ganancia de pescadores; aunque en ninguna parte dice que no se puede pescar en aguas revueltas.
