Se termina una década dominada por Canapino, Rossi y Chevrolet

El cierre del campeonato 2019 de Turismo Carretera, este fin de semana, en Centenario, significará el cierre de una década en la que se habrán disputado 157 carreras, con un dominio en las estadísticas de Agustín Canapino con tres títulos (podría sumar el cuarto) y de Matías Rossi con 21 triunfos, en un período en el que la categoría experimentó un profundo cambio dirigencial y generacional de sus protagonistas.

En el 2010, el TC ponía en marcha su temporada en Mar de Ajó con su competencia número 1.100 de la historia, que se la llevaba el campeón reinante Emanuel Moriatis (Ford). Al cabo de aquel año, Canapino ganaba su primera final en el cierre de la temporada, en el Autódromo de Buenos Aires, y se convertía en el campeón más joven de la historia con solo 20 años.

Era el primer título en el TC del naciente talento, que ahora tiene la posibilidad de no solo ser el primer campeón de la década, sino también el último. Si este domingo lo consiguiera (es el puntero de la Copa de Oro), sería el cuarto de su cuenta personal y lograría un tricampeonato –tres conquistas consecutivas- que continuaría con una histórica racha en la categoría, que –salvo en los ’40- en todas las décadas tuvo al menos un tricampeón.

En los ’50 y ’60, el Turismo Carretera tuvo tetra campeones. Juan Gálvez entre 1955 y 1958, y Dante Emiliozzi entre el 1962 y 1965. Ambos con Ford. En los ’70, Héctor Luis Gradassi (Ford) repitió entre 1974 y 1976. En los ’80 hubo dos tricampeones. Roberto Mouras (Dodge), entre 1983 y 1985, mientras que Oscar Castellano lo consiguió entre 1987 y 1989, los dos primeros años con Dodge y el último con Ford. Luego fue el turno de Juan María Traverso (Chevrolet), entre 1995 y 1997. Y en el nuevo milenio, Guillermo Ortelli festejó en fila entre 2000 y 2002.

Estos mismos ilustres apellidos lograron un cuarto título en la misma década –consecutivos o no-. Otra llamativa coincidencia a la que Canapino le podría dar continuidad este domingo, para entrar definitivamente en el Olimpo del TC. Un lugar reservado para los grandes entre los grandes, al que terminó de acceder Ortelli en esta misma década al ganar dos títulos (2011 y 2016). El piloto de Salto logró su séptimo título y se sumó a los hermanos Juan y Oscar Gálvez en ser los únicos en ganar campeonatos en tres décadas distintas. Los Gálvez entre los ’40 y ’60, y Ortelli entre los ’90 y ’10.

Por su parte, Matías Rossi será el piloto más ganador de la década. Con 21 triunfos (18 con Chevrolet y 3 con Ford) es por lejos el piloto más exitoso en finales. Quien lo sigue logró la mitad y es Mariano Werner con 11 victorias, todas con Ford. Luego lo siguen Canapino con 10 (Chevrolet), Ledesma con 9 (Chevrolet), Omar Martínez con 8 (Ford), Castellano (Dodge) y Ardusso (4 con Torino y 3 con Dodge) con 7, y Ortelli (Chevrolet), Josito Di Palma (Torino) y Pernía (4 con Chevrolet y 2 con Torino) con 6.

Chevrolet será la marca más exitosa. Aun por definirse el último campeonato dentro de pocos días, la marca del moño tiene 6 títulos (3 de Canapino, 2 de Ortelli y 1 de Rossi), mientras que Ford se llevó las tres coronas restantes (Mauro Giallombardo, Diego Aventín y Omar Martínez). Si bien las cuatro marcas pueden sumar una estrella este domingo, las chances de Torino con Ardusso son matemáticamente remotas. A falta de una carrera para cerrar el ciclo, los del moño festejaron 58 triunfos, contra 51 de Ford, 27 de Torino y 20 de Dodge.

En la década del ’10, se produjo un fuerte cambio generacional que convivió con la vigencia de grandes históricos. Así, los Canapino, Giallombardo, Ardusso, y más acá los José Manuel Urcera, Alan Ruggiero, Santiago Mangoni, Valentín Aguirre y muchos otros, se mezclaron con los Ortelli, Martínez, Ledesma, Fontana, Silva, Altuna, Ponce de León y otros, que a su vez ya convivían con la camada intermedia de los Rossi, Moriatis, Werner, Castellano, De Benedictis, y más. Hubo 37 ganadores distintos, de los cuales 24 vencieron por primera vez en el TC a lo largo de estas últimas 10 temporadas.

El Turismo Carretera vivió uno de sus momentos más duros de la historia en esta década. La muerte de Guido Falaschi sacudió a la categoría, en el accidente de noviembre del 2011, en Balcarce, provocando un dolor y un vacío irreparable. El golpe dejó debilitada y cuestionada a la ACTC. El automovilismo todo aun lamenta la pérdida y extraña a uno de los nuevos valores que surgía con fuerza, talento y carisma por aquellos días.

Pero también vivió jornadas deportivas vibrantes. Como las dramáticas definiciones de los campeonatos del ’10, con la batalla entre Canapino y Werner. La del 2016 con la inesperada consagración de Ortelli, luego del toque de Werner a Rossi en la última curva cuando el Del Viso ya saboreaba la conquista en La Plata. Esa misma última curva donde Canapino logró pasar al último auto que le permitía alcanzar otra agónica consagración, en 2017. Y esa lluvia bendita de San Nicolás del año pasado, que le dio al arrecifeño otro título más en otro cierre de año para el infarto.

Esta fue la década en la que el TC cambió para siempre con la incorporación de los motores multiválvulas, que dejaron en desuso a los históricos seis cilindros barilleros. Tiempos de elementos homologados, de limitaciones de desarrollos, de prototipos construidos por la categoría, y de carreras lineales.

También la ACTC experimentó cambios internos. La independización televisiva con el impulso económico del gobierno nacional, a comienzos del 2012, fue un quiebre para la organización del automovilismo argentino. Y a fines de 2013, Hugo Mazzacane asumió como presidente de la ACTC, luego de 12 años de mandato de Oscar Aventín que pasó a manejar FADRA, la Fundación que maneja los negocios de la categoría. Sin embargo, a principios de 2015 el “Puma” dejó sorpresivamente su cargo y pocos meses después se terminó definitivamente la “era Aventín”, con la renuncia de su hijo Diego a la vicepresidencia de la ACTC y a la Tesorería de FADRA.

Y también quedará en el triste recuerdo de esta década el “Gurigate”. El día que a Omar Martínez, uno de los máximos ídolos de la historia del TC, lo descubrieron haciendo trampa en una carrera de Concordia, en 2016, justo al año siguiente de su último título con el Falcon volador. Y mucho tiempo después, este año, fue su retiro oficial de las pistas con un reconocimiento de las multitudes en Paraná, que estuvo a la altura de un gigante de este deporte. Suficiente (o no) como para intentar tapar aquella enorme desilusión.

Se va una nueva década para la categoría más longeva del mundo, dejando estadísticas y acontecimientos para archivar. Y continuando con esa mística particular que le permite sostener lo más sagrado que tiene el TC: su público.

LOS CAMPEONES DE LA DECADA:

VICTORIAS POR PILOTOS

VICTORIAS POR MARCAS