Opinión
Top Race encontró un formato ideal
La categoría estrenó un sistema de carrera especial novedoso para el automovilismo argentino y que tuvo gran aceptación.
Entre tantos formatos de carrera que emplearon las categorías argentinas en los últimos tiempos se había logrado más confusión que espectáculo. La búsqueda y necesidad de ofrecerles mejores competencias a los espectadores y más oportunidades a los protagonistas, alcanzó límites ridículos, como el del sorteo de las posiciones de largada.
Grillas invertidas, penalizaciones por puestos, sprint, carrera clasificatoria, series, carga de combustible o cambio de neumáticos obligatorios, de larga duración, con pilotos invitados… Algunos con mejores resultados que otros… Otros difíciles de explicar para un público que enciende la TV el domingo y se encuentra con competencias diferentes cada semana.
El Top Race tiene un formato regular de Sprint (con grilla invertida) y una Final. Y en las cuatro fechas especiales del año, alterna entre doble carrera, recarga de combustible obligatoria y pilotos invitados. El pasado fin de semana, estrenó un RPP (reglamento particular de la prueba) inédito para nuestro automovilismo.
Carrera 1 y 2, en continuado, y ambas con partida detenida. La primera se larga como se clasifica y la segunda, tal como finalizaron en la competencia anterior. Pero con un requisito clave: todos los pilotos están obligados a cargar 15 litros de combustible en al menos una carrera.
Lo que se vio el domingo, confirmó lo que se suponía en la previa. Un formato espectacular. No deja lugar para la (mala) especulación. Y la estrategia cobra un valor determinante en el resultado final con muchos puntos en juego. En la primera experiencia, en Centenario, se vieron distintos planteos de carrera con buenos resultados.
Las de Baltazar Leguizamón y Diego Azar fueron las estrategias más arriesgadas y efectivas. Sus equipos los llamaron a ingresar a boxes cuando ocupaban la cuarta y quinta colocación de la Carrera 1. Algo inesperado en la previa, ya que se especulaba con que lo lógica sería que los que ingresarían a boxes serían los del sexto puesto para atrás. Aunque quienes estaban detrás ya habían decidido ingresar y la brecha que había a sus espaldas les permitía cumplir con la carga de combustible y volver a la pista resignando apenas dos posiciones, en el caso de Leguizamón, y en el mismo puesto Azar. Una parada gratis! ¿El resultado? Ambos pelearon por el triunfo en la Carrera 2.
Otra de las estrategias extremas fue la de Fabricio Persia (largó 14°). En la teoría, se esperaban las primeras paradas en boxes a partir de la vuelta 5, según los cálculos de consumo de nafta. El sanjuanino sorprendió al ingresar a cargar combustible en la primera vuelta permitida en la Carrera 1. Persia asumió con esta decisión que necesitaría de un auto de seguridad para poder llegar al final de la Carrera 2 con combustible. Los números no daban según el consumo. Tuvo la pista libre para girar en tiempos veloces después de la parada y terminó décimo en la Carrera 1.
Desde ese lugar partió en la Carrera 2. Cinco de los autos de adelante pararon en boxes, apareció el “milagroso” auto de seguridad que le permitió ahorrar nafta a marcha lenta, mientras se consumía el tiempo de la prueba. Persia escaló al tercer puesto y en la última curva el auto rateó por la falta de alimentación y cayó a un meritorio cuarto puesto.
Otra de las alternativas que ofrece este formato lo leyó a la perfección y aprovechó Darío Giustozzi (piloto de la Copa Master), quien largó decimoquinto en la Carrera 1. Como era previsible, muchos de los autos que largaron delante de él cumplieron con la parada obligatoria. Heredó posiciones, hasta escalar a la séptima colocación final, repitiendo su mejor resultado en la categoría.
Sin embargo, quien más jugo le sacó a la fecha fue Marcelo Ciarrocchi. Corriendo a fondo, sin demasiado margen para la estrategia. Fue segundo en el primer espectáculo. Lideró en el comienzo de la competencia restante. Ingresó a cargar combustible. Volvió en el undécimo puesto. El AS lo reunió con el pelotón. Y con un show de maniobras extraordinario, avanzó hasta el tercer puesto final.
Con una cosecha de 41 puntos entre ambas carreras, Ciarrocchi fue el piloto que más unidades logró para estirar la diferencia al frente del campeonato. Leguizamón sumó 39; Facundo Aldrighetti, 36; y Azar 34, entre los que hicieron mejor negocio en la fecha especial.
El Top Race dio en la tecla con un formato ideal, que reúne el espíritu de los demás formato: le da posibilidades a todos los pilotos de pelear por mejores resultados, potencia la injerencia de los equipos en la participación directa de las estrategias y en el trabajo en boxes durante la carga de combustible, exige a los pilotos a dar el máximo siempre pensando en ir para adelante, sin lugar a la especulación, el que termina primero larga primero (en clasificación y en carrera), con partidas detenidas, en un show con agilidad (termina una carrera y arranca enseguida la siguiente), y siempre hay acción en pista con autos y pilotos rápidos entremezclados con otros más lentos.
Esta nueva modalidad sería perfectible, si se le suman algunos minutos más a las carreras (5 ó 10 minutos), con el objetivo de que la carga de combustible no sea una obligación sino una necesidad y que los equipos deban calcular con mayor precisión los litros de combustibles a reabastecer. Incluso, la Carrera 1 podría repartir mayor puntaje que la otra para premiar a los que tuvieron una mejor clasificación y a la vez para que sea más compleja la decisión de detenerse en boxes en la competencia inicial.
El Top Race debería acostumbrar a sus seguidores a un formato de carrera único, que identifique a la categoría. Y parece haberlo encontrado…