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Toyota GT One: El GT1 más rápido de Le Mans que no pudo ganar
La era GT1 de finales de la década de los 90 fue un punto culminante para las clásicas "24 hs. de Le Mans".
La definición de "GT" con los sofisticados diseños de fábrica se parecían más a los prototipos del Grupo C que a los autos que se podían comprar para la calle.
Ahi aparecía el Toyota GT-One el que aún sigue en la memoria de los fanáticos de los autos de carrera por ser uno de los más lindos de la historia.
A pesar que el Toyota diseñado por Andre de Cortanze no pudo ganar en Le Mans, gracias a su aspecto agresivo y memorable se lo recuerda por siempre.
Después de clasificarse en segundo lugar, el Toyota de Martin Brundle / Eric Helary / Emmanuel Collard, agarró la punta en el inicio de la carrera de 1998, pero varios retrasos, incluidos problemas en la caja de cambios y dos accidentes, arruinaron el objetivo.
El GT-One de Thierry Boutsen / Ralf Kelleners / Geoff Lees pasó a l frente y aspiraba a la victoria cuando llegaron problemas de transmisión a dos horas del final.
El Toyota V8 hizo doblete en 1999, pero las paradas en boxes lentas y la impresionante competitividad del BMW V12 LMR crearon un buen duelo.
Los dos GT-One más rápidos se retiraron debido a accidentes y el coche totalmente japonés de Ukyo Katayama, Keiichi Tsuchiya y Toshio Suzuki terminó en segundo lugar tras un toque con un BMW privado que le provocó la pinchadura de un neumático.
Esa fue la última aparición en Le Mans del GT1 más rápido, y Toyota tendría que esperar casi 20 años antes de finalmente romper su maldición en las 24 Horas históricas.
El chasis se ideó en la sede de Toyota, la fabricación del mismo se confió a Dallara.
Acaba de nacer el proyecto TS020, el que debería ser el GT1 más extremo de la categoría.
Con un monocasco en fibra de carbono con un núcleo de aluminio construido en panel de abeja, el motor pasaba a formar parte estructural del conjunto, motor que provenía de la época del Grupo C, pero adaptado a la nueva normativa.
Era el R36V, un V8 de 3.6 litros con doble turbo que fue acabado de afinar en Colonia y que tras algunas limitaciones, daba oficialmente 600 hp.
Pero la clave era el diseño. El coche no iba a correr en ningún campeonato que no fuese Le Mans, así que de Cortanze trabajó en el auto pensando únicamente en los requisitos del circuito francés.
El resultado, finalizado en septiembre de 1997, era un coche de morro bajo y afilado y con una cola relativamente larga, para explotar al máximo la aerodinámica. Obviamente, aquello no tenía el aspecto de un Gran Turismo, como sí que se podía advertir, aunque fuera de manera lejana, en el Mercedes y en el Porsche. Esto era un coche único para la competición.
En octubre de 1997, comenzó la producción del coche definitivo, que en diciembre ya probaba Martin Brundle y otros pilotos de la marca.
En mayo de 1998 tenía dos gemelos, listos los tres para asaltar Le Mans.
El reglamento para esa divisional tenía algunas curiosidades como por ejemplo, los autos, que eran oficialmente Gran Turismo, debían tener un hueco para el equipaje.