Turismo Carretera
Un día el Cóndor voló en el cemento
Luego de la última edición del TC en el trazado mixto Tandil-Fulton en Noviembre de 1967, el Tandil Auto Club se quedaba sin opciones en los años siguientes, para continuar con la clásica disputa. En 1968 las carreras en ruta sufrieron un intervalo a raíz de los trágicos accidentes en la carrera de Balcarce-Lobería, a fines de Abril de ese año.
El Turismo Carretera desembarcaba en autódromos con un avance muy firme, naciendo el Sport Prototipo y el TC histórico perdía a calificados pilotos. En los años setenta, comenzaba un nuevo tiempo o "resurrección" para los carreteros, la Fórmula B cerraba su ciclo, emergiendo una naciente Fórmula A, que contaba con autos menos potentes, pero más lógicos.
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Este nuevo Turismo Carretera, aparecía como consecuencia de distintos factores, uno de los fundamentos era reducir las velocidades, y por ende el regreso de las competencias a la ruta, hábitat natural de la categoría.
El año 1971 fue un despegue, con chances para que cualquier marca estuviese en el tope del marcador, la cantidad de público iba en aumento, y era cada vez mayor. El reglamento mostraba cierta paridad a los diferentes vehículos, premios acordes, aunque faltaba solucionar la ubicación del público, uno de los problemas que siempre estuvo en el tapete.
Después de casi seis años, el 29 de Abril de 1973, se cristalizaba la 16° Vuelta de Tandil en el trazado de 17,450 Kms de Olavarría, con una competencia extensa sobre 30 vueltas totalizando 523,500 Kms.
Nasif Estéfano con el Falcon de la CCF, alcanzaba la gloria, escoltado por Angel Rubén Monguzzi con la Dodge GTX preparada por los hermanos Bellavigna, y el arrecifeño, “Rody” Marincovich (Chevrolet).
Mientras tanto, en las sierras se cumplía con la tarea de asfaltado del panorámico circuito, desde La Porteña, hasta el Paraje El Gallo, alrededor de 15 kilómetros, para unir los 32,200 del escenario, operación que iba a concluirse a fines de 1976.
El domingo 13 de Julio de 1975, el TAC volvía a utilizar el semipermanente Luciano Fortabat para desarrollar la 17° Vuelta de Tandil. En aquella mañana que había nacido con cuatro grados bajo cero y techada por un cielo plomizo, una multitud albergaba el trazado comprendido por la avenida Fortabat, las rutas provinciales 76 y 226 y el camino de Circunvalación, para la carrera que organizaba el TAC por segunda vez en ese reducto.
En esa oportunidad, cambiaba el cronograma, los compromisos extensos superando los 500 kilómetros iban quedando marginados, y además a partir de junio de ese año, no se permitía utilizar nafta 100 -130 octanos (aviación).
En consecuencia, para la nueva edición teceista, se disputaban dos series a 6 giros, obtenidas por Jorge Recalde y los Hnos Suarez y una final a 14 vueltas para cumplimentar 244,300 kms.
Los fores marcaban tendencia en la capital del cemento. Recalde y “Pirín” Gradassi mostraban la contundencia de los autos de Pacheco. El “Condor” de Traslasierra con el Falcon semioficial, se llevaba la victoria en 1 hs. 15m. 34 seg. 6/100, superando por más de cuatro segundos a su coterráneo Héctor Luis Gradassi, quedando terceros, Octavio y Pedro Suarez.
El “Flaco” Traverso con otro Falcon de la Comisión de Concesionarios Ford y motores del “Polaco” José Miguel Herceg lograba el cuarto lugar, delante de “Nito” Lizeviche con un Dodge, utiliando impulsores de los hermanos de Banfield.
Completaron el club de los diez, Eduardo "Pucho" Sáenz, José Manuel Faraone, Daniel Sancho de Rosario, el “crédito” de Ucacha, Rommel Carlos Viglianco y Jorge Cosma (seudónimo Martin García) con Dodge.
Así, la legendaria institución de Tandil, ubicada en la Avda España, fiel a su historia, cerraba otra edición de la máxima, y ponía proa a la apertura de un nuevo camino en las sierras, inaugurando dos años más adelante, el emblemático escenario, en una cita memorable.
Colaboración Luis Orlando Sánchez - Fotos de Historia TC