Opinión
UN GESTO VALE MAS QUE MIL PALABRAS
Muchas veces fui testigo preferencial de diferencias expresadas y manifestadas por pilotos hacia sus rivales en pista.
En algunos casos hasta reacciones totalmente reprochables y fuera de lugar. En menor medida de repudiables agresiones. Nada, pero absolutamente nada justifica la violencia.
Pero ayer en Buenos Aires, cuando culminó la carrera noté gestos humanos y sinceros de muchos pilotos.
Actitudes que engrandecen la condición humana sin manchar el talento y las condiciones de grandes referentes que son.
Los gestos acompañan generalmente a las palabras. Ayer fueron grandes gestos sin palabras y lo celebro.
Guillermo Ortelli no dudó en abrazarse con Matías Rossi, Christian Ledesma con Mauro Giallombardo, Gabriel Ponce de León con Matías Rossi y…Matías Rossi a pesar de la conocida, indiscutida y probada rivalidad con Agustín Canapino mientras caminaba hacia el podio, levantó su vista y lo buscó para felicitarlo. Canapino terminaba de ganar la carrera más importante del calendario de Súper TC 2000 legítimamente. Fue un gran gesto.
Hay que entender y procesar, aunque muchas veces los intereses cambien las cosas de lugar, que las carreras terminan con la bandera de cuadros y las relaciones humanas con gestos cordiales deben perdurar y fortalecerse con el paso del tiempo.
Solo eso, quería compartir con ustedes algo que por estos días cuando las actitudes miserables han ganado un terreno inimaginable hay ejemplos contundentes y son los que me gustaría que tomen como modelo los que recién se inician en este deporte que abrazamos con tanta pasión.
Ojalá este artículo llegue a los niños que se inician en este deporte y puedan asimilar que la cordialidad y los pequeños gestos construyen, distinguen y destacan las grandes personas.