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Un recuerdo imborrable

20 años de aquel domingo de gloria en Bs. As. y la lección de Rubén Luis Di Palma
Un recuerdo imborrable
Un recuerdo imborrable

El 13 de setiembre de 1998, El TC corría su 13° fecha y llegaba por tercera vez en el año al autódromo de Bs. As. 

Con 65 autos, Fabián Acuña con Chevrolet lograba la pole, escoltado por Marcos Di Palma y Juan María Traverso, hatsa aqui todo normal, salvo el cuarto lugar del Ford rojo n° 22 que se ubicaba 4° por delante de Guillermo Ortelli.

Ese Ford rojo era manejado por el gran ídolo de todos los tiempos, Luis Di Palma.

El "Loco" era acompañado en la butaca derecha del Falcon, armado por él en Arrecifes, por su hija María Andrea.

Luis ganó su serie ante la algarabía del público, siendo las restantes para su hijo Marcos y Emilio Satriano.

La final tuvo al menor de la dinastía Di Palma tomando la punta, seguido por su padre, Satriano, Ortelli, Zanatta y el Flaco Traverso.

En la cuarta vuelta Luis superó a Marcos y la tribuna explotó en un grito.

Intercambiaron posiciones un par de veces, mientras que detrás de ellos Traverso y Emilio peleaban por el tercer lugar.

En la vuelta 17 Satriano y Ortelli avanzaron superando a Traverso y a Marcos Di Palma.

Esa lucha le permitió al gran  Luis escaparse en la punta aprovechando el muy buen motor de Jhony De Benedictis.

El autódromo unificó hinchadas para aplaudir y vivar al gran Luis, que con años, experiencia y poco poder adquisitivo, volvía a ganar como en sus mejores épocas, demostrando que con ganas y talento se podía.

Recuerdo como si fuera hoy, que haciendo un movil en el curvón Salotto, escuchaba el griterío de las tribunas, la 15 de Chevrolet,  la de Dodge y Torino, como ovacionaban al ídolo a pesar de que corriera con la marca rival, en la vuelta de honor.

Luis simplemente al bajar del auto expresó:

"La carrera tuvo un trámite tranquilo. Cuidé los neumáticos y el coche hizo el resto", explicaba con la sonrisa pícara a flor de labios mientras se abrazaba con su hija Andrea.

"No hubo ninguna estrategia. Apenas una charla con Marcos para que él, si podía, tomara la punta de entrada...pero sin tregua".

Cuando le consultaron la diferencia en ganar en los 60 y los 90 dijo:

"Una victoria tiene el mismo sabor, aunque las épocas son distintas. Para llegar con posibilidades me mantuve actualizado y acompañando la evolución técnica de los autos. En carrera uso lo que aprední antes. No me desespero, no tengo necesidad de ganar, porque ya se lo que es..."

Cuando fue recibido como en sus mejores tiempos en Arrecifes dijo:

"La motivación sigue intacta. Me propuse bajar de peso y ganar una carrera y lo logré. Espero que esta victoria a los 35 años de mi carrera deportiva sirva para que los jóvenes tomen con calma su trabajo y no se apuren. Lo difícil es aprender a perder. Ganar es más fácil".

Con 53 años y 321 días, el genial "Loco" de la "Cuna de Campeones" inscribía su nombre como ganador de otra competencia del popular TC, y sería su último triunfo de su larga lista en una campaña extraordinaria y espectacular.

Te extrañamos "loco" tu huella es imborrable.

 

 

 

Fuente: Archivo carburando/Por siempre Di Olama de Raúl Gattelet y Oscar Giacone.

 

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