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Una historia que merece ser contada
Una nueva placa recordatoria a Guido Falaschi, fue colocada a modo de homenaje permanente en el Autódromo Juan Manuel Fangio. No es una más que sustituye a las robadas anteriormente, tiene un significado muy especial. Se le ocurrió, lo pensó y lo concretó Darío Giménez, un joven Balcarceño con capacidades diferentes pero un ejemplo de valentía y amor.
Guido Falaschi se accidentó en Balcarce el 13 de Noviembre de 2011. Luego de ese triste día, un grupo de simpatizantes colocó una placa recordatoria en ese lugar. Al poco tiempo la robaron y este mismo conjunto de fanáticos del Turismo Carretera, volvió a la carga con otra similar que desaparecería también. Pasó mucho tiempo y el paredón interno, testigo silencio del accidente, solo conservó una franja de pintura verde, utilizada como fondo cuando se pensó en el primer recuerdo.
El joven Balcarceño Darío Giménez con 31 años es uno de los tantos fanáticos del automovilismo, deporte que abraza con cariño y pasión. Es amigo de Santiago Mangoni , de Tito y Tomás Urretavizcaya. No habla y su papá atrás de un mostrador, en una casa donde se venden artículos de electricidad en Balcarce es su interlocutor y cuenta la historia de este homenaje.
“Darío es un fanático del automovilismo y del deporte en general. Nosotros se lo fomentamos a nuestra manera todas las veces que podamos. Él es muy amigo de Tito Urretavizcaya y siente un aprecio especial. Lo hemos llevado con mi familia a algunas carreras para que pueda verlo.
Siempre que pasamos por el lugar donde se accidentara Falaschi entrenando paramos y él, hace una especie de oración al cielo rezando por Guido. Pasabamos otra vez y me preguntaba lo mismo con sus señas ¿qué pasa con la placa? Y siempre lo mismo.
Un día me dice papá, y empieza a comunicarme que él quería pagar la placa con un dinero que recibe de una pensión por discapacidad y me dejó con esa inquietud.
Con mi nuera pudimos armar un cuadro, luego fuimos una noche a colocarla con mi nieto y con él, tenía temor a que de la Municipalidad me dijeran que no se podía. Entonces ya está colocada y listo, eso fue todo.” Dijo su papá Juan Manuel que acompaña, motiva, apoya y educa con responsabilidad intransferible a Darío.