TC2000
Una locomotora llamada Tuero
En este mismo circuito de Oberá, pero en el trazado corto, el original, vio su segunda triunfo en el TC 2000, Esteban Tuero, que uriosamente debutó en 1993 en el automovilismo sobre un Fórmula Renault en el pitoresco trazado misionero
Desde ese debut con tan solo 15 años pasaron 7 años y un atemporada completa en Fórmula 1 con el Minardi y una temporada y media en TC2000 como piloto oficial VW, equipo dirigido por Guillermo Kissling.
Un lapso que generalmente sirve en la trayectoria de cualquier piloto para ir consolidándolo. La historia de Esteban fue distinta, casi atípica, porque tan vertiginosa como apresuradamente fue escalando categoría internacional, al punto que este retorno al trazado misionero lo encontró ya con el antecedente de una temporada en la F 1 a pesar de sus jóvenes 22 años.
Aquella temporada de año 2000 le dieron la posibilidad de lograr una nueva victoria en la categoría.
La posibilidad de haber ganado de punta a punta esta 6 fecha del TC 2000 y sobre la gran clave de ese gran triunfo.
Uno a uno Tuerito fue cumpliendo los puntos del plan para hilvanar una magnífica victoria en una carrera donde no apareció la lluvia tan temida pero que sí mostró en gran parte de su desarrollo un trencito de autos como consecuencia del ritmo lento impuesto por la mayoría. Tan lento que el tiempo de vuelta anduvo media docena de segundos por encima del más rápido de clasificación.
Recién sobre el final y gracias al ataque de Silva a Bessone detrás de él, Tuero pudo soltarse y marcar su giro más veloz. Por entonces ya se sabía que por su trámite excesivamente lento, la carrera finalizaría a la hora de duración, su tiempo límite, y no con la distancia original de 48 giros. Finalmente fueron 41 y esto tal vez le permitió a Esteban llegar con las gomas delanteras (las más exigidas) en tan buen estado que al verlas el comentario fue: "estaban para dar unas cuantas vueltas más".
Frente a tamaña demostración conductiva y estratégica de Tuerito poco pudieron hacer Bessone y Silva, otros dos que se jugaron a aguantar la carrera sin cambiar gomas. Como el ex piloto de Minardi, ambos también tuvieron que cuidarla, aunque a diferencia de Esteban, lo hicieron para tenerlas listas para un posible ataque final por la victoria.
Tito lo intentó pero no tuvo el resto necesario para concretarlo. Ante esto prefirió asegurase ese segundo lugar que le dio su mejor resultado de la temporada con aquel Chrysler Neón.
A Silva lo sorprendió y desconcertó la reducción de vueltas. Por eso en las finales intentó lo imposible exigiendo a su Honda por encima de lo aconsejado.
"Por primera vez en mi campaña estoy por segundo año consecutivo en la misma categoría. Esto es importante porque me permite aprovechar la experiencia anterior y no como sucedía antes que siempre tenía que ir aprendiendo", comentaba un alegre pero cautelosos Esteban Tuero lego de haber largado adelante y pasear en la punta de Oberá del 2000 sin importarle todos los que venían detrás aprovechando una excelente puesta a punto de VW Polo que le permitió llegar al final con las gomas intactas en un circuito que las cocinaba.