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La historia del periodista que anunció la muerte de Senna a todo Brasil
Luis Roberto contó por primera vez detalles inéditos de la cobertura de aquel 1 de mayo de 1994.
- Junto a Galvao Bueno, fueron los encargados de dar el anunció por Radio Globo do Rio
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La muerte de Ayrton Senna generó una bomba mundial debido a la magnitud del brasileño, quien ya había trascendido a los límites propios de la Fórmula 1. Sin embargo, también fue desafío para la prensa de aquel entonces abordar una noticia de tal calibre debido a la complejidad de las comunicaciones. Pero más difícil aún es haber sido el hombre que dio la luctuosa novedad al país de origen del ídolo.
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El periodista Luis Roberto charló en exclusiva con Motorsport y relató detalles inéditos de la cobertura del fallecimiento de Senna. Él junto a Galvao Bueno, el padre de Carlos “Cacá” Bueno, fueron los encargados de contarle a todo Brasil lo que nadie quería escuchar ese 1 de mayo de 1994.
“Yo estaba en un teléfono móvil con roaming internacional, lo cual era una novedad. Así que entrevisté a Rubinho desde dentro de la UCI y entrevisté a Senna saliendo del hospital después de salir de verlo. Los colegas me dieron preferencia porque yo estaba en vivo. Cuando anunciaron la muerte de Ayrton Senna, yo era el único que estaba en vivo”, comentó Luis Roberto de forma inicial.
Y agregó: "Senna murió, Dios mío, ¿qué estoy haciendo aquí? ¿Qué tengo que hacer? ¿A quién tengo que entrevistar?' Y entonces llegó un diplomático y dijo: 'El cuerpo tendrá que ir al Instituto Médico-Legal (IML), que está cerca de aquí, debido a la legislación italiana. Pero el cuerpo está ahora en el piso 12, donde está la UCI. Y luego subimos y me comuniqué con Galvão Bueno".
El periodista relató cómo fue la charla en vivo con Bueno y lo que sucedió después. “Fui a una cabina telefónica y me enlacé con Galvão Bueno en vivo en la Rádio Globo de São Paulo. Hice algunas entrevistas para Galvão y él me dijo: "Este fin de semana, sobre todo después de los accidentes del viernes y del sábado, Ayrton comprendió que era muy grande. Parece haber entendido que él era el grande de este circo. Que necesitaba tener liderazgo, así que es increíble que haya sucedido. Senna había cambiado de nivel. Había pasado de ser sólo un campeón a ser un gigante en la historia del deporte”, recordó.
"Cuando terminé el enlace con Galvão para la Radio Globo do Rio, en ese momento el cuerpo de Senna estaba siendo sacado de la UCI en la camilla, cubierto por una sábana. Tenía una mancha de sangre en la nariz. Luego fuimos a la puerta del IML. Allí había mucha gente de todo el mundo. Cuando eran como las 5 de la mañana, la puerta lateral se abrió, porque yo iba a tener el turno", agregó.
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Una vez anunciada la noticia, Luis Roberto se dirigió al lugar donde estaba el cuerpo de Senna y trajo a su memoria una situación que vivió con una enfermera. "Un coche entró, y nosotros entramos... Los periodistas, entramos... Cuando se abrió la puerta de la parte trasera del IML, salió una señora y ella me preguntó: ‘¿Quieren mirar [el cuerpo de Senna]?’. Nos miramos a la cara y dijimos ‘no’. Había algunos compañeros periodistas que pensaban que tenían que verlo, pero ella les dijo que tenía un moretón en la cara y la cabeza estaba hinchada. A lado de su cuerpo estaba el de Roland Ratzenberger, era una escena muy fuerte”, manifestó.
Por último, el cronista dio detalles cómo fue el regreso el viaje de vuelta junto al cuerpo de Senna. "Luego regresé a la calle y había una servilleta escrita para mí que decía: ‘Vuelo Varig París-Brasil tal día y tal hora’. Era el viaje de regreso a Brasil de Senna y yo tenía un asiento en el vuelo. Vimos el ataúd abordado en un pequeño avión en Bolonia. En París, acompañamos el traslado, sabíamos que el ataúd sería abordado. Varig tomó la clase ejecutiva y fijó el ataúd en la clase ejecutiva, con una lona y una rosa", relató.
Y concluyó: "Junto al ataúd estaban Galvão, el hermano de Ayrton... En medio de la noche, Galvão nos llamó para que pudiéramos despedirnos. Hicimos, cada uno con su propia fe, una oración. Cuando llegamos a São Paulo, nos quedamos en el autobús esperando a que [el ataúd] desembarcara. Esa fue la última vez que tuve el cuerpo de Ayrton Senna cerca y luego no fui al funeral, estuve muy mal. Llegué a casa y me desmayé. No podía hacer nada más, sólo lloraba, procesando lo que había pasado".
