Opinión
Una definición con todas las luces
El Súper TC 2000 tuvo una definición de campeonato electrizante en Buenos Aires. La lluvia fue la invitada que puso el condimento extra. Los pilotos volvieron a demostrar la tremenda capacidad conductiva bajo el agua.
El Súper TC 2000 merecía una definición titánica como la que se vio este domingo en el autódromo de Buenos Aires. Lo vivido en la última final de la temporada fue electrizante y lo realizado por los pilotos, desde el punto de vista conductivo, fue impresionante. Una vez más demostraron todo su talento arriba de un auto de competición y en condiciones realmente difíciles. Con muy poca visibilidad salieron a dar todo. Por un lado los que luchaban por la corona y por el otro los que querían terminar de la mejor manera el 2021. En el arranque Julián Santero marcó la diferencia con una largada que fue extraordinaria y que le permitió capturar la punta rápidamente para no abandonarla hasta la caída de la bandera a cuadros. El mendocino debió defenderse del ataque de Agustín Canapino que hizo una carrera fiel a su estilo. La de salir a ganar siempre. En esta oportunidad no pudo pero logró el objetivo mayor. El de salir campeón.
¿Qué decir de Leonel Pernía? Lo del hombre que defiende los colores de Renault en el Súper TC 2000 fue conmovedor. El rendimiento de su auto bajo la lluvia y la entrega del tandilense le permitieron soñar hasta el último instante. Hizo todo lo que tenía que hacer. Puso garra, corazón y manejo. La luchó hasta la última vuelta. El “Tanito” se encargó de ponerle más nerviosismo a una definición atrapante.
Un párrafo aparte merece Damián Fineschi. El compañero de Pernía le toco hacer un trabajo muy difícil que fue el atacar, molestar y presionar a Agustín. Y esa no fue una tarea sencilla. Fineschi sabía que un mínimo error, como por ejemplo tocar al de Chevrolet, lo hubiese puesto en el sillón de los acusados. Pero Damián también estuvo a la altura. Fue impecable su manejo e hizo todo lo que estuvo a su alcance. Si hablamos de entrega no debemos olvidarnos de Bernardo Llaver, Matías Rossi y Facundo Ardusso que también fueron parte del pelotón de adelante.
Para el Súper TC 2000 fue un cierre perfecto. Con todos los condimentos. En un año largo y duro para la categoría, lo vivido en el “Coliseo porteño” premió a todos los que trabajaron para seguir adelante. Fue una exposición con todas las luces.
/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/6K3FCOM36ZG5JNE3NZTHZYV2EM.JPG)
